MANUAL DE EMERGENCIAS 2025
Las taquicardias de complejo estrecho son ritmos cardíacos rápidos con una frecuencia superior a 100 latidos por minuto, caracterizadas por la presencia de complejos QRS estrechos en el electrocardiograma (ECG)[1]. Estas arritmias generalmente tienen un origen supraventricular, es decir, por encima de la bifurcación del haz de His, aunque existen raras excepciones de taquiarritmias ventriculares con QRS estrecho[1].
Síntomas
Los pacientes con taquicardias de complejo estrecho pueden experimentar:
Palpitaciones[1]
Ansiedad[1]
Preocupación[1]
Es importante destacar que algunos pacientes pueden no presentar disnea ni dolor torácico[1].
Signos clínicos
Los signos clínicos observables en pacientes con taquicardias de complejo estrecho incluyen:
Taquicardia (frecuencia cardíaca elevada, generalmente superior a 100 latidos por minuto)[1][2]
Ritmo cardíaco regular o irregular, dependiendo del tipo específico de taquicardia[2]
Ausencia de signos de insuficiencia cardiaca en casos no complicados[1]
Exploración
Durante la exploración física, se pueden encontrar los siguientes hallazgos:
Auscultación cardíaca: tonos rítmicos, taquicárdicos, generalmente sin soplos[1]
Auscultación pulmonar: murmullo vesicular conservado, sin ruidos sobreañadidos[1]
Ausencia de ingurgitación yugular[1]
Ausencia de edemas maleolares[1]
Sin signos de trombosis venosa profunda[1]
Pruebas diagnósticas
El diagnóstico de las taquicardias de complejo estrecho se basa principalmente en:
Electrocardiograma (ECG) : Es la prueba diagnóstica fundamental. Se debe realizar durante la crisis y se observa:
Complejos QRS estrechos (< 120 ms)[2]
Frecuencia cardiaca elevada[1][2]
Presencia o ausencia de ondas P[1][2]
Análisis del ECG : Siguiendo las recomendaciones de la American Heart Association (AHA), se deben plantear tres preguntas clave:
¿Existen complejos QRS de apariencia normal?
¿Existen ondas P de apariencia normal?
¿Cuál es la relación entre las ondas P y los complejos QRS?[2]
Maniobras diagnósticas :
Maniobras vagales (masaje del seno carotídeo, maniobras de Valsalva)[1]
Administración de fármacos bloqueadores del nódulo auriculoventricular (como adenosina)[1]
Manejo de emergencias
El manejo de las taquicardias de complejo estrecho en emergencias incluye los siguientes pasos:
Evaluación inicial :
Monitorización ECG continua[1]
Medición de signos vitales (TA, saturación de O2, FC)[1]
Estabilización :
Canalización de vía venosa periférica[1]
Administración de suero fisiológico[1]
Maniobras vagales :
Intento de reversión de la taquicardia mediante maniobras vagales[1][3]
Tratamiento farmacológico :
Si las maniobras vagales son ineficaces, se procede a la administración de adenosina[1]
La dosis inicial suele ser de 6 mg en bolo rápido[1]
Monitorización post-tratamiento :
Observación de la respuesta al tratamiento[1]
Realización de ECG de control[1]
Decisión de alta o derivación :
Si se resuelve la taquicardia y el paciente queda asintomático, se puede considerar el alta[1]
Se debe aconsejar seguimiento en consultas externas de Cardiología (Unidad de arritmias)[1]
Es fundamental recordar que el manejo de las taquicardias de complejo estrecho requiere un diagnóstico rápido y preciso, seguido de un tratamiento adecuado. La correcta interpretación del ECG y la aplicación de maniobras diagnósticas y terapéuticas son esenciales para el manejo exitoso de estos pacientes en el ámbito de emergencias.
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