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Sarna

Foto del escritor: EmergenciasUNOEmergenciasUNO

Actualizado: 12 dic 2024

MANUAL DE EMERGENCIAS 2025



La sarna, también conocida como escabiosis, es una enfermedad cutánea parasitaria causada por el ácaro Sarcoptes scabiei variedad hominis. Esta afección tiene una distribución mundial y representa un importante problema de salud pública, con una prevalencia global estimada de 300 millones de casos[5].


Síntomas


El síntoma principal de la sarna es un prurito intenso, que prácticamente empeora durante la noche[1][3]. Este prurito se debe a una reacción alérgica a las proteínas y heces del ácaro[5]. Los pacientes suelen experimentar:


  • Picazón intenso, especialmente nocturno.

  • Sensación de ardor o irritación en la piel.

  • Dificultad para dormir debido al malestar


Es importante destacar que los síntomas pueden tardar entre 4 y 6 semanas en aparecer después de la infestación inicial[5].


Signos clínicos


Los signos clínicos característicos de la sarna incluyen:


  • Erupciones cutáneas: pequeñas protuberancias rojas o pápulas[1][3]

  • Surcos lineales en la piel, especialmente entre los dedos, en las muñecas, codos, axilas y genitales[1][3]

  • Vesículas y pústulas en las zonas afectadas[1]

  • Excoriaciones y costras debido al rascado intenso[1]

  • En bebés y niños pequeños, la erupción puede ser más generalizada, afectando palmas, plantas y cuero cabelludo[1]


En casos de sarna noruega o costrosa, se observan lesiones hiperqueratósicas generalizadas[2].


Exploración


Durante la exploración física, el médico debe buscar:


  • Surcos lineales característicos, especialmente en zonas de pliegues cutáneos[1]

  • Lesiones papulares eritematosas en áreas típicas como espacios interdigitales, muñecas, codos, axilas, cintura y genitales[4]

  • Signos de rascado y posibles infecciones secundarias[1]

  • En lactantes y niños pequeños, examine palmas, plantas y cuero cabelludo[1]


Es crucial realizar una exploración minuciosa, ya que los hallazgos pueden ser sutiles, especialmente en ancianos e inmunodeprimidos[1].


Pruebas diagnósticas


El diagnóstico de la sarna se basa principalmente en la presentación clínica, pero puede confirmarse mediante:


  1. Raspado de piel: Se realiza un raspado superficial de los surcos o lesiones sospechosas para observar ácaros, huevos o heces bajo el microscopio[1][4].

  2. Dermatoscopia: Permite visualizar los ácaros y sus túneles in vivo, facilitando el diagnóstico no invasivo[4][7].

  3. Biopsia cutánea: En casos atípicos o de difícil diagnóstico, puede ser necesaria para confirmar la presencia del ácaro[6].

  4. Prueba de tinta: Se aplica tinta sobre las lesiones sospechosas, lo que puede resaltar los túneles del ácaro[8].


Manejo de emergencias


Aunque la sarna no suele ser una emergencia médica, su manejo en servicios de urgencias puede ser necesario en casos de brotes o complicaciones. El enfoque incluye:


  1. Diagnóstico rápido basado en la presentación clínica y, si es posible, confirmación mediante raspado de piel[1].

  2. Inicio del tratamiento inmediato:


    • Primera línea: Permetrina tópica al 5%[1][3]

    • Alternativa: Ivermectina oral, especialmente en casos graves o brotes institucionales[1][3]


  3. Educación del paciente sobre la aplicación correcta del tratamiento y medidas de prevención[3].

  4. Identificación y tratamiento de contactos cercanos para prevenir la propagación[3][5].

  5. Manejo de complicaciones, como infecciones bacterianas secundarias, si están presentes[1].

  6. En casos de sarna noruega, puede ser necesario un tratamiento más agresivo y medidas de aislamiento[2][5].


El manejo adecuado y oportuno de la sarna es crucial para controlar la infestación y prevenir su propagación en la comunidad. La educación del paciente y el seguimiento son fundamentales para asegurar la eficacia del tratamiento y evitar recurrencias.


Citas


 
 
 

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