Fisura anal
- EmergenciasUNO
- 26 nov 2024
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Actualizado: 11 dic 2024
MANUAL DE EMERGENCIAS 2025
La fisura anal es una patología proctológica frecuente caracterizada por un desgarro lineal de la mucosa anal, distal a la línea pectínea[6]. Esta condición afecta principalmente a personas de mediana edad y es más común en mujeres que en hombres[8]. A continuación, se analizan los aspectos clave de esta patología.
Síntomas
Los síntomas característicos de la fisura anal incluyen:
Dolor intenso, agudo y cortante durante la defecación[1][4].
Dolor persistente después de la deposición, que puede durar desde minutos hasta horas[1][9].
Sangrado, generalmente escaso y de color rojo brillante, visible en el papel higiénico o en las heces[1][9].
Prurito o escozor en el año[1].
Estreñimiento, que puede ser tanto causa como consecuencia de la fisura[1].
Espasmos musculares en el esfínter anal[4].
Signos clínicos
Los signos clínicos observables en pacientes con fisura anal son:
Presencia de una herida lineal o con forma de pera en el anodermo[5].
En lesiones crónicas, se pueden observar fibras musculares del esfínter anal interno expuesto[6].
Colgajo cutáneo centinela y papilas hipertróficas en casos crónicos[6].
Localización predominante en la línea media posterior (90%) o anterior (10%)[6].
Exploración
La exploración física para diagnosticar una fisura anal implica:
Posicionamiento del paciente en posición genupectoral o de Sims (decúbito lateral con rodillas flexionadas)[5].
Separación cuidadosa de las nalgas para visualizar la fisura[5][10].
Inspección visual del año y el área perianal[10].
En algunos casos, puede ser necesario un tacto rectal, aunque a menudo es difícil debido al dolor[5].
Es importante notar que la exploración mediante tacto rectal o proctoscopio puede ser imposible debido al dolor intenso[5].
Pruebas diagnósticas
El diagnóstico de la fisura anal se basa principalmente en la historia clínica y la exploración física. Sin embargo, en algunos casos pueden ser necesarias pruebas adicionales:
Anoscopia: para visualizar el canal anal, aunque puede ser difícil debido al dolor[2].
Manometría anal: para medir la presión del esfínter anal interno, que suele estar aumentada en pacientes con fisura anal[8].
Ecografía anal: puede ser útil para delimitar con mayor exactitud la intervención quirúrgica en casos que requieran tratamiento quirúrgico[10].
Manejo de emergencias
El manejo inicial de la fisura anal en el servicio de emergencias se centra en el alivio del dolor y la prevención de complicaciones:
Baños de asiento con agua tibia durante 10-15 minutos, 2-3 veces al día[3].
Prescripción de analgésicos para el control del dolor.
Recomendación de una dieta rica en fibra y aumento de la ingesta de líquidos para prevenir el estreñimiento[3].
Aplicación de cremas anestésicas tópicas para aliviar el dolor[3].
En casos severos, se puede considerar la aplicación de nitroglicerina tópica o bloqueadores de canales de calcio para relajar el esfínter anal[3][10].
Educación al paciente sobre la importancia de mantener una buena higiene anal y evitar el esfuerzo excesivo durante la defecación.
Es importante destacar que la mayoría de las fisuras anales agudas responden bien al tratamiento conservador. Sin embargo, si los síntomas persisten o se vuelven crónicos, se debe considerar la derivación a un especialista en coloproctología para evaluar la necesidad de tratamientos más avanzados, incluyendo la posibilidad de intervención quirúrgica[10].
Citas
[2] https://www.albertoparajo.com/fisuras-anales-sintomas-causas-y-opciones-de-tratamiento_fb185902.html
[7] http://www.hospitalameijeiras.sld.cu/hha/sites/all/informacion/mpm6/servicios-quirurgicos/coloproctologia/Protocolo de Fisura …pdf
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