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Deshidratación

INFORMACIÓN PARA PADRES - SALUD PEDIÁTRICA



Aviso Legal


Este contenido tiene fines informativos y no sustituye la consulta con su médico o profesional de salud. No incentivamos por ninguna razón la automedicación. Se ha realizado un esfuerzo para asegurar que la información sea precisa, actualizada y clara. www.emergencias.org.es no se responsabiliza por errores, omisiones o los resultados de tratamientos descritos. Las publicaciones informativas se actualizan regularmente, por lo que se recomienda asegurarse de tener la versión más reciente.


La deshidratación ocurre cuando el cuerpo no cuenta con suficiente líquido para funcionar adecuadamente. El agua es esencial para mantener la temperatura corporal, producir fluidos corporales y llevar a cabo diversas funciones vitales.


Los bebés y niños pequeños corren un mayor riesgo de deshidratarse que los adultos. Mantener una buena hidratación es importante en todo momento, pero especialmente cuando el niño está enfermo.


Si tu hijo tiene mucha sed, probablemente ya esté deshidratado. La deshidratación grave puede tener consecuencias serias.


Signos y síntomas de deshidratación


En casos de deshidratación leve, los niños pueden presentar:


  • Mareo o sensación de desvanecimiento


  • Náuseas o dolor de cabeza


  • Orina de color amarillo oscuro o marrón (la orina debe ser de un tono amarillo claro)


  • Menos pañales mojados de lo habitual o disminución en la frecuencia de micción en niños mayores


  • Labios, lengua, boca o garganta secos


En casos de deshidratación grave, los signos pueden incluir:


  • Sed intensa


  • Decaimiento o menor nivel de actividad


  • Palidez y ojos hundidos, sin lágrimas al llorar


  • Sensación de frío, especialmente en manos o pies


  • Respiración rápida y aumento del ritmo cardíaco


  • Irritabilidad, somnolencia o confusión


Si observas signos de deshidratación grave, consulta con tu médico de inmediato o acude al servicio de urgencias más cercano.


Cuidados en casa para la deshidratación leve


El tratamiento más efectivo para la deshidratación leve es ofrecer más líquidos, como agua o soluciones de rehidratación oral. Productos como Gastrolyte, HYDRAlyte, Pedialyte y Repalyte son soluciones diseñadas para reponer líquidos y electrolitos perdidos, y se pueden adquirir en farmacias o supermercados. También vienen en presentaciones tipo polos helados (ice pops), que suelen ser bien aceptadas por los niños.


Si tu hijo no acepta agua ni soluciones de rehidratación, puedes intentar con zumo de manzana diluido. También puedes ofrecer su leche habitual. No des bebidas azucaradas como refrescos o bebidas deportivas, ya que pueden empeorar la deshidratación.


Bebés


En bebés menores de seis meses, siempre se debe consultar al médico ante signos de deshidratación.


En bebés mayores de seis meses:


  • Si estás amamantando, continúa con la lactancia pero con mayor frecuencia. También puedes ofrecer pequeñas cantidades de solución de rehidratación o agua durante las primeras 12 horas.


  • Si alimentas con fórmula, reemplaza las tomas por solución de rehidratación o agua en las primeras 12 horas, y luego retoma la fórmula habitual en tomas pequeñas pero más frecuentes.


Niños mayores


En niños mayores de 10 kg que presentan deshidratación, se recomienda ofrecer al menos una taza (250 mL) de agua o solución de rehidratación cada hora durante cuatro horas. Si el niño tiene vómitos o diarrea, puede ser necesario ofrecer aún más líquido. Pueden tomarlo de una vez o en pequeños sorbos frecuentes.


Los niños más pequeños necesitarán menos cantidad, ajustada a su tamaño corporal.


Cuándo consultar al médico


Los bebés y niños pequeños son los más vulnerables a la deshidratación. Si tu hijo es menor de seis meses o tiene una enfermedad crónica, consulta al médico si crees que está deshidratado.


Si presenta signos de deshidratación grave o tienes cualquier preocupación, acude al médico o a un servicio de urgencias.


En algunos casos, si el niño está muy deshidratado, podría necesitar tratamiento médico para reponer líquidos. Esto puede incluir el uso de una sonda nasogástrica (que lleva líquidos al estómago por la nariz) o la administración de líquidos por vía intravenosa (suero).


¿Qué causa la deshidratación?


Los niños tienen mayor riesgo de deshidratarse en situaciones como:


  • Actividad física intensa o prolongada


  • Vómitos o diarrea severos


  • Fiebre


  • Consumo de ciertos medicamentos, como diuréticos


  • Ingesta insuficiente de líquidos, especialmente cuando están enfermos


  • Tener menos de seis meses de edad


  • Climas calurosos


Asegurarte de que tu hijo beba suficiente agua cada día es clave para prevenir la deshidratación. En épocas de calor, durante el ejercicio físico o cuando están enfermos, es especialmente importante aumentar la ingesta de líquidos.


Puntos clave a recordar


  • Los bebés y niños pequeños tienen mayor riesgo de deshidratación.


  • Si tu hijo tiene mucha sed, probablemente ya esté deshidratado.


  • La deshidratación leve puede tratarse en casa con agua o soluciones de rehidratación oral.


  • No se deben ofrecer bebidas azucaradas, ya que pueden empeorar el cuadro.


  • Si hay signos de deshidratación grave, busca atención médica de inmediato.


Para más información


Preguntas frecuentes que hacen los padres


¿Mi hijo debe tomar bebidas deportivas cuando hace ejercicio para prevenir la deshidratación?


No se recomienda el uso de bebidas deportivas, ya que suelen tener un alto contenido de azúcar. Las bebidas azucaradas pueden empeorar la deshidratación. Durante la actividad física, lo mejor es ofrecer agua o soluciones de rehidratación oral.


¿Qué enfermedades son más propensas a causar deshidratación?


La gastroenteritis es la causa más común, ya que el cuerpo pierde líquidos por vómitos y diarrea, y suele haber menor ingesta oral. Otras enfermedades que provocan dolor de garganta o úlceras en la boca (como amigdalitis o el síndrome mano-pie-boca) también pueden reducir la ingesta de líquidos. La fiebre alta aumenta la pérdida de líquidos por sudoración, contribuyendo a la deshidratación.


 
 
 

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