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Bebés que lloran y están inquietos – Cólico

INFORMACIÓN PARA PADRES - SALUD PEDIÁTRICA


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Este contenido tiene fines informativos y no sustituye la consulta con su médico o profesional de salud. No incentivamos por ninguna razón la automedicación. Se ha realizado un esfuerzo para asegurar que la información sea precisa, actualizada y clara. En www.emergencias.org.es no nos responsabilizamos por errores, omisiones o los resultados de tratamientos descritos. Las publicaciones informativas se actualizan regularmente, por lo que se recomienda asegurarse de tener la versión más reciente.


El término cólico se utiliza para describir aquellos casos en los que los bebés lloran de manera prolongada o presentan períodos extensos en los que no logran calmarse. Esta situación puede resultar muy demandante y agotadora para madres, padres y cuidadores.


El llanto y la irritabilidad asociados con el cólico pueden presentarse en cualquier momento del día, pero son más frecuentes durante la tarde y el anochecer, especialmente entre las dos semanas y los cuatro meses de vida.


Es muy común que los bebés pequeños tengan momentos de llanto y malestar en los que las técnicas habituales para calmarlos no parecen funcionar. Este tipo de comportamiento ocurre en bebés de todas las culturas y regiones del mundo.


¿Qué causa el cólico?


Algunos bebés tienden a llorar más o requieren más consuelo que otros. Esto no significa que haya algo malo con ellos; cada bebé reacciona de manera distinta a su entorno.


Motivos médicos


En algunos casos, puede haber una causa médica detrás del llanto del bebé, por lo que es recomendable acudir al pediatra o profesional de salud para una evaluación. Saber que el bebé está sano puede dar mucha tranquilidad, ya que resulta difícil calmar a un bebé cuando existe preocupación sobre su estado de salud.


Sin embargo, en la mayoría de los casos no se encuentra una causa médica específica. El llanto es simplemente una forma de comunicación mediante la cual el bebé expresa incomodidad o angustia. Esto es parte natural de su desarrollo.


Nuevas experiencias


Los recién nacidos deben adaptarse a muchas sensaciones nuevas, tanto físicas como emocionales, y cada bebé tiene un nivel distinto de sensibilidad frente a ellas.


A veces, el malestar puede deberse a factores como un pañal sucio, sensación de frío o calor, gases, hambre, cansancio, ansiedad, tristeza o simplemente la necesidad de compañía.


Diferencias y cambios individuales


Algunos bebés se asustan fácilmente con sensaciones corporales normales como la digestión o el reflujo fisiológico. Otros tardan más en adaptarse a su entorno o en enfrentar cambios. Además, los bebés perciben con mucha intensidad el ambiente emocional familiar, y pueden verse afectados si hay tensión o estrés en el hogar.


Confianza parental


Algunas madres y padres se preocupan pensando que el llanto del bebé es consecuencia de algo que han hecho mal, lo que puede afectar su confianza en la crianza. Aquellos con antecedentes de salud mental, estrés familiar o una infancia difícil, pueden sentir inseguridad al cuidar de su propio bebé, lo que complica el vínculo y la capacidad de respuesta afectiva.


Si tienes un bebé difícil de consolar y te sientes inseguro o abrumado, recuerda que hay apoyo disponible y diversas estrategias que puedes intentar para ayudar a tu hijo a calmarse.


Cuidados en casa


A continuación, algunas estrategias que pueden ser útiles si estás teniendo dificultades para calmar a tu bebé:


  • Aunque no sea fácil, intenta mantener la calma. Quizás no logres detener el llanto de inmediato, pero tu serenidad puede ayudar al bebé a sobrellevar su malestar. Cuando uno está ansioso o alterado, es más difícil pensar con claridad y transmitir seguridad.


  • Ofrece el pecho o el biberón. La succión puede calmar al bebé momentáneamente. Consulta con tu pediatra o enfermera sobre la cantidad de leche adecuada.


  • Puedes ofrecer un chupete (chupón). La succión no nutritiva puede proporcionar consuelo.


  • Trata de adoptar una actitud centrada en el bebé, considerando cómo puede estar percibiendo su entorno.


  • Recuerda que no se malcría a un bebé por cargarlo o alimentarlo con frecuencia.


  • Escoge algunas estrategias de consuelo que parezcan funcionar y úsalas de manera constante. Esto ayuda al bebé a anticipar lo que ocurre cuando está alterado.


  • Cárgalo suavemente en brazos, en un portabebés o fular.


  • Háblale en tono suave; tu voz y tu presencia pueden calmarlo.


  • Prueba con música suave.


  • Ofrécele un baño tibio.


  • Masajea al bebé con un aceite especial para bebés que no contenga frutos secos. Esto puede relajar tanto al bebé como a ti.


Planificar con anticipación puede hacer que los momentos más difíciles, como la tarde-noche, sean más llevaderos. Por ejemplo, cena más temprano si tu bebé suele inquietarse a esa hora. Si puedes, toma una siesta por la tarde para recargar energías antes de las horas más demandantes.


Algunos bebés necesitan estar constantemente con su cuidador principal. Si este es el caso, evita resistirte a esta necesidad. A medida que el bebé gane confianza, aprenderá a calmarse solo. Mientras tanto, limita las separaciones, mantente a la vista del bebé, llévalo contigo en un portabebés o empújalo en su cochecito mientras te desplazas por la casa.


Coloca un peluche o muñeco visible desde la cuna para que al despertar no se sienta solo.

No te obsesiones con imponer una rutina estricta de sueño. A medida que crecen, los bebés permanecen más tiempo despiertos y su interés en el entorno puede ayudar a distraerlos de sensaciones físicas incómodas.


Aprovecha los momentos en que el bebé esté despierto y atento para tener interacciones agradables que fortalezcan el vínculo entre ambos.


Es completamente comprensible sentirse frustrado cuando nada parece funcionar. Si sientes que estás perdiendo el control, deja al bebé en un lugar seguro (como su cuna) y sal a tomar aire por unos minutos. Nunca sacudas a un bebé. Incluso una sacudida leve puede causar daño cerebral o discapacidad permanente.


Buscar apoyo


Si tu bebé llora la mayor parte del día, es fundamental consultar con un profesional de salud (pediatra o enfermera). Es posible que se requiera la intervención de un especialista en salud mental infantil o consejería familiar.


Busca ayuda también entre familiares y amigos. Para algunos padres, tener unos minutos de descanso es muy útil. Otros prefieren recibir ayuda con las tareas del hogar para poder dedicarse a calmar al bebé. Si no tienes ayuda disponible, coloca al bebé en su cuna de forma segura y tómate unos minutos para respirar.


Conversar con otros padres sobre lo que les ha funcionado también puede ser de gran apoyo.


¿Cuándo consultar al médico?


Consulta con tu pediatra o enfermera si:


  • Necesitas confirmación de que no hay una causa médica detrás del llanto.


  • Tu bebé rechaza el alimento o consume menos de la mitad de lo habitual.


  • El llanto es constante e incontrolable, sin importar lo que intentes.


  • Te sientes desbordado/a o incapaz de manejar la situación.


  • Sientes que el llanto afecta el vínculo con tu bebé o no puedes sentirte positivo/a hacia él o ella.


  • Tu salud mental o tu relación de pareja se están viendo afectadas.


  • Tienes cualquier otra preocupación.


Puntos clave a recordar


  • El llanto y la inquietud son muy comunes en los bebés menores de cuatro meses.


  • Aunque a veces hay una causa médica, en la mayoría de los casos se trata de una etapa normal del desarrollo.


  • Cada bebé es diferente: algunos lloran más o son más difíciles de calmar, y esto también es normal.


  • Prueba diversas estrategias para consolar al bebé y, si necesita estar contigo todo el tiempo, no lo evites.


  • Busca apoyo en profesionales de salud, familiares y amigos.


Para más información


Preguntas frecuentes a los médicos


¿Debo darle medicamentos a mi bebé si no para de llorar?


No se recomienda el uso de medicamentos, ya que pueden enmascarar enfermedades, interferir con la alimentación o provocar somnolencia excesiva. Solo deben usarse si el médico los indica, y por un tiempo limitado.


¿Y qué pasa con las gotas o líquidos para el cólico que venden en la farmacia?


Algunos bebés parecen mejorar con estos productos, pero no está claro si es por el paso del tiempo o por el efecto del producto. La mayoría de estos tratamientos han sido estudiados y no se ha demostrado su eficacia en grandes ensayos clínicos.


Mi bebé parece tener dolor cuando llora en las tardes, pero el médico dice que está sano. ¿Debo pedir una segunda opinión?


Es habitual que el llanto persistente entre las 2 semanas y los 4 meses de edad parezca doloroso, aunque no haya una causa médica. Si sigues preocupado/a, puedes buscar una segunda opinión para mayor tranquilidad.

 
 
 

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