VIH diagnóstico y pruebas
- EmergenciasUNO

- 2 dic 2024
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 12 dic 2024
MANUAL DE EMERGENCIAS 2025
El diagnóstico temprano y preciso del virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) es crucial para el manejo efectivo de la infección y la prevención de su transmisión. Este artículo aborda los aspectos clave del diagnóstico y las pruebas de VIH, incluyendo síntomas, signos clínicos, exploración, pruebas diagnósticas y manejo en emergencias.
Síntomas
Los síntomas de la infección por VIH pueden variar según la etapa de la enfermedad. En la fase de infección aguda o primaria, que ocurre aproximadamente 2-4 semanas después de la exposición al virus, los pacientes pueden experimentar síntomas similares a los de la gripe, incluyendo:
Fiebre
Dolor de cabeza
Dolor muscular y articular
Sarpullido
Dolor de garganta y llagas en la boca.
Ganglios linfáticos inflamados
Diarrea
Sudoración nocturna[5]
Es importante señalar que estos síntomas pueden ser leves o incluso pasar desapercibidos en algunos casos[5]. Después de esta fase inicial, la infección puede entrar en un período de latencia clínica, durante el cual los pacientes pueden permanecer asintomáticos durante años[5].
Signos clínicos
Los signos clínicos de la infección por VIH pueden ser sutiles en las etapas tempranas. Sin embargo, a medida que la enfermedad progresa, pueden observarse los siguientes signos:
Pérdida de peso inexplicada
Fiebre persistente
Linfadenopatía generalizada
Lesiones cutáneas, incluido el sarcoma de Kaposi.
Candidiasis oral
Neumonía por Pneumocystis jirovecii[1][5]
Exploración
La exploración física de un paciente con sospecha de infección por VIH debe ser exhaustiva y sistemática. Se debe prestar especial atención a:
Examen de la piel en busca de lesiones o erupciones.
Palpación de ganglios linfáticos
Examen de la cavidad oral en busca de candidiasis o lesiones.
Evaluación del estado nutricional
Examen neurológico básico[5]
Además, se recomienda realizar un examen digital anorrectal (DARE) y una evaluación de los síntomas de cáncer anal al menos una vez al año en pacientes con VIH[1].
Pruebas diagnósticas
El diagnostico definitivo de la infección por VIH se basa en pruebas de laboratorio. Las principales pruebas utilizadas incluyen:
Pruebas de detección:
Ensayos inmunoenzimáticos (ELISA) de cuarta generación, que detectan tanto anticuerpos contra el VIH como el antígeno p24[4].
Pruebas rápidas que pueden proporcionar resultados en 30 minutos o menos[1].
Pruebas confirmatorias:
Western Blot o inmunoblot recombinante (LIA)[4].
Pruebas de ácido nucleico:
Detección de ARN viral o ADN proviral, útiles para el diagnóstico temprano y la cuantificación de la carga viral[6].
Pruebas adicionales:
Recuento de células CD4 para evaluar el estado inmunológico[1].
Pruebas de resistencia a medicamentos antirretrovirales[4].
Es importante destacar que se recomienda un proceso de dos pasos para el diagnóstico, con una prueba de detección seguida de una prueba confirmatoria[6].
Manejo de emergencias
En situaciones de emergencia, como la exposición ocupacional o sexual al VIH, se deben seguir estos pasos:
Evaluación inmediata del riesgo de transmisión.
Inicio rápido de la profilaxis post-exposición (PEP) con medicamentos antirretrovirales, idealmente dentro de las 72 horas posteriores a la exposición[6].
Realización de pruebas basales de VIH y seguimiento serológico.
Consejería y apoyo psicológico al paciente.
Notificación y seguimiento de acuerdo con los protocolos institucionales y las regulaciones locales.
El diagnóstico y manejo efectivo del VIH requiere un enfoque integral que combine la evaluación clínica, las pruebas de laboratorio y la intervención temprana. La detección precoz y el inicio oportuno del tratamiento antirretroviral son fundamentales para mejorar los resultados del paciente y prevenir la transmisión del virus.
Citas
[3] https://www.msdmanuals.com/es-ec/hogar/infecciones/infección-por-el-virus-de-la-inmunodeficiencia-humana-vih/infección-por-el-virus-de-la-inmunodeficiencia-humana-vih

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