MANUAL DE EMERGENCIAS 2025
Las venas varicosas son venas superficiales dilatadas, tortuosas y alargadas que se pueden observar bajo la piel, generalmente en las piernas. Esta condición afecta a una proporción significativa de la población adulta, siendo más común en mujeres que en hombres[1][3].
Síntomas
Los síntomas de las venas varicosas pueden variar en gravedad, pero incluyen:
Sensación de pesadez o cansancio en las piernas.
Dolor o molestia en las piernas, que empeora al estar de pie por períodos prolongados
Picazón alrededor de las venas afectadas
Calambres musculares, especialmente durante la noche.
Hinchazón leve en los tobillos y pies[1][2]
Signos clínicos
Los signos clínicos observables de las venas varicosas incluyen:
Venas visiblemente hinchadas y retorcidas, generalmente de color azul o púrpura oscuro
Cambios en la coloración de la piel alrededor de las venas afectadas.
Piel seca, irritada o escamosa en el área afectada
En casos avanzados, úlceras en la piel, especialmente alrededor de los tobillos[1][3]
Exploración
La exploración física de un paciente con sospecha de venas varicosas debe incluir:
Inspección visual de las piernas en posición de pie para observar venas dilatadas o tortuosas.
Palpación de las venas para evaluar su consistencia y sensibilidad.
Evaluación de la presencia de edema en las extremidades inferiores.
Examen de la piel circundante para detectar cambios de coloración o ulceraciones.
Valoración de los pulsos periféricos para descartar enfermedad arterial concomitante[4].
Pruebas diagnósticas
El diagnóstico de las venas varicosas se basa principalmente en la exploración física, pero pueden realizarse pruebas complementarias:
Ecografía Doppler: Es la prueba de elección para evaluar el sistema venoso. Permite visualizar el flujo sanguíneo y la estructura de las venas, identificando reflujo o incompetencia valvular[2][5].
Flebografía: Aunque menos común, puede utilizarse en casos complejos para obtener una imagen detallada del sistema venoso mediante la inyección de un medio de contraste[5].
Pletismografía: Mide los cambios en el volumen de las extremidades, lo que puede ayudar a evaluar la función venosa[5].
Manejo de emergencias
Aunque las venas varicosas rara vez constituyen una emergencia médica, pueden presentarse situaciones que requieran atención inmediata:
Sangrado: En caso de ruptura de una vena varicosa, se debe elevar la pierna y aplicar presión directa sobre el sitio de sangrado. Si el sangrado no se detiene, se debe buscar atención médica urgente[6][7].
Trombosis venosa superficial: Caracterizada por inflamación, rojecimiento y dolor a lo largo de la vena afectada. Requiere evaluación médica para descartar trombosis venosa profunda[7].
Ulceración: Las úlceras venosas que no cicatrizan o muestran signos de infección requieren atención médica inmediata[8].
Dolor severo o súbito: Puede indicar complicaciones como trombosis o ruptura venosa, y debe ser evaluado urgentemente[7].
En el ámbito de emergencias, el manejo inicial incluye elevación de la extremidad afectada, aplicación de compresión si es apropiada, y evaluación rápida para descartar complicaciones graves como trombosis venosa profunda o embolia pulmonar[7][8].
El tratamiento definitivo de las venas varicosas generalmente se realiza de forma electiva y puede incluir terapias conservadoras como el uso de medias de compresión, o intervenciones como escleroterapia, ablación térmica o cirugía, dependiendo de la severidad y las características específicas de cada caso[1] [3].
Citas
[3] https://www.msdmanuals .com/professional/cardiovascular-disorders/peripheral-venous-disorders/varicose-veins
[5]https://www.msdmanuals.com/es/professional/trastornos-cardiovasculares/enfermedades- de-las-venas-periféricas/venas-varicosas
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