Uretritis - Hombres
- EmergenciasUNO
- 26 ago 2024
- 4 Min. de lectura
MANUAL DE EMERGENCIAS 2024
Manejo de la Uretritis - Hombres
El manejo de la uretritis en hombres varía según la causa subyacente, que generalmente está relacionada con una infección de transmisión sexual (ITS). El tratamiento rápido y adecuado es crucial para aliviar los síntomas y prevenir complicaciones.
Tratamiento empírico inicial:
Uretritis no gonocócica (UNG): Iniciar tratamiento empírico para la clamidia y otras posibles causas de UNG con doxiciclina 100 mg dos veces al día durante 7 días. Si doxiciclina está contraindicada o no es tolerada, alternativas incluyen:
Azitromicina: 1 g en una dosis única seguida de 500 mg diarios durante 2 días.
Ofloxacino: 200 mg dos veces al día o 400 mg una vez al día durante 7 días.
Gonorrea: Si se sospecha gonorrea, administrar ceftriaxona 500 mg intramuscular en dosis única junto con azitromicina 1 g por vía oral en dosis única.
Tricomoniasis: Si se sospecha, tratar con metronidazol 400 mg dos veces al día durante 5 días o una dosis única de 2 g.
Asesoramiento y educación:
Adherencia al tratamiento: Explicar la importancia de completar el tratamiento antibiótico para evitar recurrencias o resistencia.
Abstinencia sexual: Aconsejar al paciente evitar cualquier tipo de actividad sexual, incluyendo el sexo oral, hasta que él y su(s) pareja(s) hayan completado el tratamiento.
Trazado de contactos: Es esencial que todas las parejas sexuales recientes sean notificadas y tratadas, ya que el riesgo de reinfección es alto si no se tratan a las parejas.
Seguimiento:
Programar una cita de seguimiento 1-2 semanas después del tratamiento para evaluar la resolución de los síntomas y verificar que se haya realizado el trazado de contactos.
Si los síntomas persisten o recurren, considerar un segundo curso de antibióticos. Por ejemplo, si se trató inicialmente con doxiciclina, cambiar a azitromicina (1 g en dosis única seguida de 500 mg diarios durante 2 días) junto con metronidazol 400 mg dos veces al día durante 5 días. Si los síntomas persisten después de un segundo tratamiento, se debe buscar consejo especializado.
Derivación a una clínica de salud sexual:
Todos los hombres con uretritis sospechada deben ser referidos a una clínica de salud sexual o medicina genitourinaria (GUM) para la confirmación del diagnóstico y tratamiento adecuado.
Si el paciente no puede asistir a estas clínicas, el manejo inicial puede realizarse en atención primaria, pero es fundamental realizar la referencia si el tratamiento no resulta efectivo o si la causa no está clara.
Diagnóstico
El diagnóstico de uretritis en hombres se basa principalmente en la presentación clínica y la historia sexual, acompañados de exámenes físicos y pruebas de laboratorio para confirmar la infección.
Síntomas clínicos:
Secreción uretral: Es el signo más característico de la uretritis. Puede ser mucosa, mucopurulenta o purulenta, y su cantidad varía desde mínima hasta copiosa. Puede no ser evidente a menos que se realice una ligera presión sobre la uretra.
Disuria: Dolor al orinar, presente en la mayoría de los casos de uretritis gonocócica (73-88%) y en más de la mitad de los casos de uretritis no gonocócica (53-75%).
Otros síntomas: Irritación y malestar en el pene, eritema (enrojecimiento) y, en algunos casos, balanopostitis (inflamación del glande y prepucio).
Evaluación clínica:
Historia médica y sexual: Preguntar sobre el historial sexual reciente, el número de parejas sexuales en los últimos 3 meses, uso de preservativos, y otros comportamientos de riesgo, como el uso de drogas recreativas o el consumo excesivo de alcohol.
Examen físico: El examen se debe realizar en un ambiente cálido y preferiblemente por la mañana o al menos 2 horas después de la micción. Inspeccionar la ropa interior en busca de signos de secreción y examinar el área genital en busca de signos de inflamación o enrojecimiento. Si no hay secreción visible, se puede realizar un masaje suave en la uretra para intentar detectar secreción.
Palpación: Evaluar los ganglios linfáticos inguinales, el área testicular y realizar un examen rectal digital si se sospecha de prostatitis.
Pruebas diagnósticas:
NAAT (prueba de amplificación de ácidos nucleicos): Se debe realizar en una muestra de orina de primer chorro para detectar Chlamydia trachomatis y Neisseria gonorrhoeae.
Si está disponible, realizar pruebas para Mycoplasma genitalium y Trichomonas vaginalis.
Prueba de esterasa leucocitaria: En orina de primer chorro puede sugerir inflamación si el resultado es positivo (1+ o mayor).
Diagnóstico Diferencial
El diagnóstico diferencial de la uretritis incluye varias condiciones que pueden causar síntomas similares, como secreción, disuria e irritación uretral:
Balanitis:
Infección o inflamación del glande del pene, frecuentemente causada por Candida albicans u otras infecciones bacterianas. Se caracteriza por enrojecimiento, irritación y, a menudo, secreción.
Epididimitis:
Inflamación del epidídimo, generalmente asociada con dolor testicular, hinchazón y fiebre. A menudo es causada por infecciones de transmisión sexual o infecciones del tracto urinario.
Herpes genital:
El herpes genital puede causar disuria, secreción y múltiples lesiones vesiculares dolorosas en los genitales. Estas vesículas eventualmente se ulceran y forman costras.
Prostatitis:
La prostatitis, ya sea aguda o crónica, puede presentarse con síntomas de disuria, urgencia urinaria, dolor perineal o rectal, fiebre y una próstata hinchada y dolorosa al examen rectal.
Artritis reactiva:
Una complicación postinfecciosa que puede incluir uretritis no gonocócica, artritis (generalmente de las grandes articulaciones) y conjuntivitis.
Infecciones del tracto urinario (ITU):
Las infecciones urinarias en hombres pueden causar disuria, urgencia urinaria, dolor abdominal bajo y fiebre. La presencia de nitritos y esterasa leucocitaria en el análisis de orina puede sugerir una ITU.
Definición
La uretritis es la inflamación de la uretra y generalmente es causada por una infección de transmisión sexual (ITS). Se clasifica en tres tipos principales:
Uretritis gonocócica:
Causada por la bacteria Neisseria gonorrhoeae. Los síntomas suelen incluir secreción purulenta y disuria marcada. Es altamente contagiosa y puede presentar complicaciones si no se trata adecuadamente.
Uretritis no gonocócica (UNG):
Puede ser causada por varios organismos, siendo Chlamydia trachomatis y Mycoplasma genitalium los patógenos más comunes. Sin embargo, en más del 50% de los casos no se identifica un agente específico. Es importante considerar también la posibilidad de infecciones por Ureaplasma urealyticum, Trichomonas vaginalis, o virus como el Herpes simple.
Uretritis persistente o recurrente:
Se define como la reaparición de los síntomas entre 30 y 90 días después del tratamiento de un episodio agudo de uretritis no gonocócica. La causa a menudo es desconocida, aunque organismos como Mycoplasma genitalium o Ureaplasma urealyticum pueden estar implicados en algunos casos.
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