Manejo de la Trombosis Venosa Superficial (Tromboflebitis Superficial)
El manejo de la trombosis venosa superficial se basa en el alivio de los síntomas, la prevención de complicaciones y el control de los factores de riesgo subyacentes. Las opciones de manejo incluyen:
Tratamiento del dolor:
Prescribir un antiinflamatorio no esteroideo (AINE) como ibuprofeno o naproxeno y/o paracetamol para aliviar el dolor y la inflamación.
Considerar el uso de AINEs tópicos para casos leves o localizados.
Cuidados domiciliarios:
Aconsejar la aplicación de una compresa tibia y húmeda sobre la zona afectada para aliviar el dolor.
Elevar la pierna cuando se esté en reposo para mejorar el flujo sanguíneo venoso y reducir la hinchazón.
Mantenerse activo y evitar la inmovilidad, ya que el movimiento ayuda a prevenir complicaciones como la trombosis venosa profunda (TVP).
Compresión:
Ofrecer medias de compresión (clase 1 o calcetines de viaje), tras excluir insuficiencia arterial, para mejorar el flujo venoso.
Anticoagulantes:
Heparina de bajo peso molecular (HBPM) o fondaparinux pueden considerarse en casos de riesgo elevado de extensión del trombo o si la trombosis se encuentra cerca de una unión con una vena profunda.
Derivación a un servicio vascular:
En casos donde exista riesgo de complicaciones, como extensión del trombo hacia una vena profunda o sospecha de una causa subyacente grave, se puede derivar al paciente para un ultrasonido dúplex de las venas afectadas.
Antibióticos:
No se recomiendan de rutina a menos que haya signos de infección, como fiebre alta, malestar general o celulitis.
Recomendaciones adicionales:
Aconsejar evitar el uso de ropa ajustada que dificulte el retorno venoso.
En caso de trombosis recurrente sin causa aparente, considerar la evaluación para trastornos de la coagulación.
Diagnóstico
El diagnóstico de la trombosis venosa superficial se realiza mediante la anamnesis y el examen físico. Los puntos clave incluyen:
Síntomas característicos:
Dolor localizado, sensibilidad, enrojecimiento y endurecimiento del tejido circundante a lo largo de una vena superficial afectada, generalmente en las extremidades inferiores.
Cambios en la piel, como hiperpigmentación, pueden observarse en etapas más avanzadas.
Examen físico:
Identificar la presencia de venas varicosas, el factor de riesgo más común, especialmente en las piernas.
Palpar el área afectada en busca de un cordón palpable y doloroso en el trayecto de la vena trombosada.
Evaluar la presencia de signos de trombosis venosa profunda (TVP), como hinchazón generalizada de la pierna, o signos de embolia pulmonar (EP), como disnea o dolor torácico.
Evaluar la existencia de complicaciones, como infección (celulitis) o absceso.
Diagnóstico Diferencial
El diagnóstico diferencial de la tromboflebitis superficial incluye varias condiciones que pueden presentarse de manera similar:
Trombosis venosa profunda (TVP):
Presenta dolor e hinchazón más generalizados en la pierna, no limitados a una vena específica.
Celulitis:
La celulitis se presenta con enrojecimiento difuso y dolor, pero sin el cordón palpable característico de la trombosis venosa superficial.
Insuficiencia venosa crónica:
Se observa hinchazón crónica de las piernas, con cambios cutáneos asociados, como eczema venoso o hiperpigmentación.
Vasculitis:
Condiciones como la eritema nodoso pueden causar inflamación de los vasos sanguíneos con lesiones cutáneas dolorosas y sistémicas.
Tendonitis:
Causa dolor y leve hinchazón localizada en la zona de los tendones, pero no sigue el trayecto de una vena.
Definición
La trombosis venosa superficial, también conocida como tromboflebitis superficial, es la formación de un trombo en una vena superficial, acompañado de inflamación del tejido circundante. Las venas más comúnmente afectadas son las de los miembros inferiores, particularmente la vena safena y sus tributarias. La condición puede ser idiopática o estar relacionada con factores de riesgo como venas varicosas, trombofilia, inmovilización prolongada, embarazo o cáncer.
Es considerada una condición relativamente benigna y autolimitada en la mayoría de los casos, aunque puede complicarse con trombosis venosa profunda (TVP) o embolia pulmonar (EP).
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