MANUAL MINORS
El traumatismo craneoencefálico (TCE) asociado a lesión facial ocurre cuando un trauma afecta tanto la estructura ósea de la cara como el cráneo y el cerebro, pudiendo comprometer tanto la función cerebral como la integridad de la estructura facial.
Este tipo de lesión se ve con frecuencia en accidentes automovilísticos, caídas desde altura o agresiones severas, y puede tener consecuencias neurológicas graves, incluyendo hemorragia cerebral, fracturas faciales y pérdida de conciencia.
Diagnóstico
El diagnóstico de TCE asociado a una lesión facial implica una evaluación completa del estado neurológico y físico del paciente. Es esencial realizar un examen neurológico que incluya la evaluación de la escala de Glasgow para determinar el nivel de conciencia.
Además, se deben buscar signos de fracturas faciales (como asimetría, dolor, crepitación, hematomas), y realizar estudios de imagen, como tomografía computarizada (TC) de cráneo y cara, para valorar la extensión de las fracturas óseas y posibles lesiones intracraneales como hemorragias o edema cerebral.
Diagnóstico diferencial
Patología | Características clave |
---|---|
Fractura de base de cráneo | Signo de Battle (hematoma retroauricular), otorrea o rinorraquia de LCR |
Conmoción cerebral | Pérdida temporal de la función neurológica sin daño estructural en la TC |
Hematoma epidural | Pérdida de conciencia seguida de un intervalo lúcido y deterioro neurológico rápido |
Hematoma subdural | Síntomas neurológicos progresivos, cefalea, alteraciones del estado mental |
Manejo en Emergencias
Evaluación inicial de la vía aérea, respiración y circulación (ABC): En pacientes con TCE, siempre se debe priorizar la evaluación y manejo de la vía aérea. Si la lesión facial compromete la vía aérea, se debe considerar una intubación temprana.
Inmovilización cervical: Debido a la posibilidad de una lesión cervical asociada, inmovilizar la columna cervical hasta descartar fracturas.
Control de la hemorragia facial: Aplicar presión directa para controlar cualquier sangrado facial significativo. En casos de sangrado masivo o fracturas abiertas, considerar la colocación de apósitos o intervención quirúrgica urgente.
Evaluación neurológica (Escala de Glasgow): Monitorizar el estado neurológico del paciente y buscar signos de deterioro, como pupilas desiguales, convulsiones o pérdida progresiva de conciencia.
Tomografía computarizada (TC): Realizar una TC de cráneo y cara para evaluar fracturas faciales, hemorragia intracraneal, edema cerebral u otras lesiones intracraneales.
Profilaxis antibiótica: En fracturas faciales abiertas, iniciar antibióticos profilácticos para prevenir infecciones, especialmente en fracturas que comunican con los senos paranasales o la cavidad oral.
Manejo de líquidos y control de la presión intracraneal: Si hay signos de edema cerebral, mantener una adecuada perfusión cerebral y considerar el uso de manitol o solución hipertónica para controlar la presión intracraneal elevada.
Tratamiento Definitivo
El tratamiento definitivo incluye la estabilización quirúrgica de las fracturas faciales y la intervención neuroquirúrgica en casos de hemorragia intracraneal o fracturas craneales complejas. Las fracturas faciales desplazadas o que afectan la órbita, el maxilar o la mandíbula pueden requerir reducción abierta y fijación interna (ORIF).
En pacientes con TCE grave, la monitorización en cuidados intensivos es esencial para controlar la presión intracraneal y prevenir complicaciones secundarias, como infecciones o daño cerebral irreversible.
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