MANUAL DE EMERGENCIAS 2025
Los trastornos de la conducción intraventricular son alteraciones en la propagación del impulso eléctrico a través del sistema de conducción ventricular. Estos trastornos pueden afectar el tronco principal del sistema de conducción intraventricular izquierdo o derecho, o ambos, y pueden tener diversas etiologías y manifestaciones clínicas[6].
Síntomas
Los pacientes con trastornos de la conducción intraventricular pueden presentar una amplia gama de síntomas, que van desde ser completamente asintomáticos hasta experimentar manifestaciones graves. Los síntomas más comunes incluyen:
Mareo o inestabilidad
Debilidad en miembros inferiores
Disnea o dificultad respiratoria
Fatiga o cansancio
Síncope o presíncope
Palpitaciones
Dolor torácico
Es importante destacar que la intensidad y frecuencia de estos síntomas pueden variar considerablemente entre los pacientes[1][3].
Signos clínicos
Los signos clínicos asociados a los trastornos de la conducción intraventricular pueden incluir:
Bradicardia (frecuencia cardíaca lenta, generalmente inferior a 60 latidos por minuto)
Ritmo cardíaco irregular
Palidez cutánea
Diaforesis (sudoración excesiva)
Hipotensión
Signos de insuficiencia cardíaca (edema periférico, congestión pulmonar)
En casos graves, pueden observarse signos de compromiso hemodinámico o shock cardiogénico[1][3].
Exploración
La exploración física en pacientes con sospecha de trastornos de la conducción intraventricular debe incluir:
Evaluación del estado general y nivel de conciencia
Toma de constantes vitales (frecuencia cardíaca, presión arterial, saturación de oxígeno)
Auscultación cardíaca minuciosa, prestando atención a la frecuencia, ritmo y presencia de soplos.
Examen del pulso yugular para detectar ondas “a” de cañón en caso de bloqueo auriculoventricular completo
Evaluación de signos de congestión sistémica o pulmonar
La exploración física puede revelar un ritmo cardíaco lento y regular en casos de bloqueo completo, o irregularidades en el pulso en otros tipos de trastornos de la conducción[3][5].
Pruebas diagnósticas
El diagnóstico de los trastornos de la conducción intraventricular se basa principalmente en estudios electrocardiográficos:
Electrocardiograma de 12 derivaciones: Es la prueba inicial y más importante. Permite identificar patrones específicos como el bloqueo de rama izquierda o derecha del haz de His, así como alteraciones en los intervalos PR y QRS[3][5].
Monitorización Holter: Útil para detectar alteraciones intermitentes o paroxísticas de la conducción[3].
Prueba de esfuerzo: Puede revelar incompetencia cronotrópica o trastornos de la conducción inducidos por el ejercicio[3].
Monitor de eventos o monitor cardíaco implantable: Indicados en casos de síntomas intermitentes o infrecuentes[3].
Ecocardiograma: Ayuda a evaluar la función ventricular y detectar posibles cardiopatías estructurales subyacentes[4].
Resonancia magnética cardíaca: Puede ser útil para identificar áreas de fibrosis o infiltración grasa en el miocardio, especialmente en casos de sospecha de displasia arritmogénica del ventrículo derecho[4].
Manejo de emergencias
El manejo de los trastornos de la conducción intraventricular en el contexto de emergencias depende de la gravedad de la presentación clínica:
Estabilización inicial: Monitorización cardíaca continua, acceso venoso y administración de oxígeno si es necesario[1].
Tratamiento farmacológico: En casos de bradicardia sintomática, se puede administrar atropina intravenosa en bolo[1].
Marcapasos temporales: Indicado en pacientes con inestabilidad hemodinámica o bradicardia severa que no responde a la atropina[1].
Tratamiento de causas reversibles: Identificar y corregir alteraciones electrolíticas, efectos farmacológicos o isquemia miocárdica[3].
Implantación de marcapasos definitivo: Considerado en pacientes con bloqueos persistentes o recurrentes que causan síntomas significativos[3].
Manejo de complicaciones: Tratamiento de la insuficiencia cardíaca o el shock cardiogénico si están presentes[2].
Es crucial una evaluación rápida y un manejo adecuado, ya que los trastornos de la conducción intraventricular pueden progresar a arritmias potencialmente mortales o paro cardíaco[1][4].
Citas
[4] https://www.revespcardiol.org/es-trastorno-conduccion-auriculoventricular-como-primera-articulo-S0300893216303177
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