MANUAL DE EMERGENCIAS 2025
El trastorno maníaco, también conocido como manía, es un componente fundamental del trastorno bipolar, caracterizado por episodios de estado de ánimo anormalmente elevado y aumento de la energía. Este artículo académico explora los aspectos clave del trastorno maníaco, incluyendo sus síntomas, signos clínicos, exploración, pruebas diagnósticas y manejo en emergencias.
Síntomas
Los síntomas del trastorno maníaco se desarrollan típicamente durante un período de 1 a 2 semanas y pueden incluir:
Humor eufórico o irritable
Ideas de grandiosidad
Disminución de la necesidad de dormir
Aceleración del habla
Hiperactividad
Fuga de ideas o pensamientos acelerados
Distractibilidad
Aumento de la actividad dirigida por objetivos o agitación psicomotriz
Participación excesiva en actividades de alto riesgo[1][3]
En casos más graves, pueden presentarse síntomas psicóticos, como delirios y alucinaciones[1].
Signos clínicos
Los signos clínicos observables en pacientes con trastorno maníaco incluyen:
Apariencia exuberante y vestimenta extravagante o colorida
Maneras autoritarias
Verborrea imparable
Asociaciones por sonidos en lugar de significados
Cambios constantes de tema
Aumento marcado del nivel de actividad
Labilidad del estado de ánimo con irritabilidad creciente[3]
En casos de psicosis maníaca, pueden observarse conductas extremas como correr, gritar, insultar o cantar, así como la pérdida total del pensamiento y la conducta coherentes[3].
Exploración
La exploración del trastorno maníaco implica una evaluación exhaustiva que incluye:
Examen físico completo
Evaluación de salud mental por un psiquiatra
Entrevista diagnóstica detallada
Registro diario del estado de ánimo y patrones de sueño
Interrogatorio sobre ideación suicida
Evaluación de posibles trastornos comórbidos, como trastornos de ansiedad[2][3][4]
Es crucial realizar un interrogatorio hábil para detectar signos mórbidos previos, como gastos excesivos o conductas impulsivas, que pueden no ser reportados espontáneamente por el paciente[3].
Pruebas diagnósticas
Las pruebas diagnósticas para el trastorno maníaco incluyen:
Análisis de laboratorio:
Nivel de tiroxina (T4) y hormona tiroideoestimulante (TSH) para descartar hipertiroidismo
Hemograma completo
Panel metabólico básico
Cribado toxicológico en sangre u orina para descartar abuso de sustancias
Pruebas de imagen como resonancia magnética, si se sospecha una causa orgánica
Cuestionarios estructurados, como el Mood Disorder Questionnaire[2][3]
Estas pruebas ayudan a excluir otras condiciones médicas que puedan causar síntomas similares a la manía[3].
Manejo en Emergencias
El manejo de emergencias en casos de trastorno maníaco es crucial, especialmente cuando existe riesgo de suicidio o daño. Las pautas incluyen:
Evaluación inmediata del riesgo de autolesión o suicidio
Contacto con familiares o amigos para obtener apoyo
Utilización de líneas directas de prevención del suicidio
Llamada a servicios de emergencia (911 o número local equivalente)
Traslado al departamento de emergencias si es necesario[6]
Es fundamental proporcionar un entorno seguro y supervisado para el paciente durante la fase aguda del episodio maníaco.
El trastorno maníaco es una condición compleja que requiere una evaluación cuidadosa y un manejo multidisciplinario. El reconocimiento temprano de los síntomas y signos, junto con un diagnóstico preciso y un manejo adecuado de las emergencias, son esenciales para el tratamiento efectivo y la prevención de complicaciones en pacientes con trastorno maníaco.
Citas
[2] https://www.mayoclinic.org/es/diseases-conditions/bipolar-disorder/diagnosis-treatment/drc-20355961
[3] https://www.msdmanuals.com/es/professional/trastornos-psiquiátricos/trastornos-del-estado-de-ánimo/trastornos-bipolares
Comments