MANUAL DE EMERGENCIAS 2025
La transfusión de sangre es un procedimiento médico crucial que implica la administración de sangre o componentes sanguíneos a un paciente. Este artículo abordará los aspectos clave relacionados con las transfusiones sanguíneas, incluyendo síntomas, signos clínicos, exploración, pruebas diagnósticas y manejo en emergencias.
Síntomas
Los síntomas de una reacción transfusional pueden variar en gravedad y tiempo de aparición. Los más comunes incluyen:
Fiebre y escalofríos[1][2][3]
Dificultad respiratoria o disnea[1][2]
Dolor de espalda o en el costado[1]
Náuseas y vómitos[2][3]
Ansiedad o sensación de malestar general[2]
Urticaria o prurito[2][3]
En casos más graves, pueden presentarse síntomas como:
Dolor torácico[3]
Hipotensión[2]
Shock[2]
Signos clínicos
Los signos clínicos observables durante una reacción transfusional incluyen:
Aumento de la temperatura corporal ≥ 1°C[2]
Enrojecimiento de la piel o rubor facial[1][2]
Taquicardia[2]
Hipotensión arterial[2]
Ictericia (en casos de reacción hemolítica)[1][2]
Oliguria o anuria[1][2]
Sangrado incontrolable (en casos de coagulación intravascular diseminada)[2]
Exploración
La exploración física durante una sospecha de reacción transfusional debe incluir:
Monitorización de signos vitales (presión arterial, frecuencia cardíaca, temperatura y frecuencia respiratoria)[1][3]
Evaluación del estado de conciencia[2]
Examen de la piel en busca de urticaria, eritema o ictericia[1][2]
Auscultación pulmonar para detectar sibilancias o crepitantes[2]
Palpación abdominal para evaluar dolor o hepatomegalia[2]
Pruebas diagnósticas
Para confirmar y caracterizar una reacción transfusional, se deben realizar las siguientes pruebas:
Hemograma completo[1]
Prueba de Coombs directa e indirecta[1]
Bilirrubina sérica[1]
Haptoglobina[1]
Tiempo de protrombina (TP) y tiempo parcial de tromboplastina (TPT)[1]
Creatinina sérica[1]
Análisis de orina (hemoglobinuria)[1][2]
Radiografía de tórax (en casos de sospecha de lesión pulmonar aguda relacionada con la transfusión)[2]
Manejo en Emergencias
El manejo de una reacción transfusional en emergencias requiere una acción rápida y coordinada:
Detener inmediatamente la transfusión[1][2][3]
Mantener la vía intravenosa con solución salina normal[2]
Notificar al banco de sangre y enviar muestras del paciente y la unidad de sangre para investigación[2][3]
Monitorizar los signos vitales del paciente[1][3]
Administrar oxígeno si es necesario[2]
Tratar los síntomas específicos:
Antipiréticos para la fiebre[2]
Antihistamínicos para reacciones alérgicas leves[2]
Corticosteroides en casos de reacciones más graves[2]
En caso de reacción hemolítica grave:
Mantener la perfusión renal con líquidos intravenosos[1][2]
Considerar el uso de diuréticos[2]
Monitorizar la función renal y la coagulación[1][2]
En casos de anafilaxia, administrar adrenalina y otras medidas de soporte vital[2]
Es fundamental que el personal médico esté capacitado para reconocer y manejar las reacciones transfusionales, ya que una intervención rápida y adecuada puede ser crucial para el pronóstico del paciente.
Además, es esencial mantener una comunicación efectiva entre el equipo de atención médica, el banco de sangre y el laboratorio para garantizar una investigación exhaustiva y prevenir futuros incidentes[1][2][3].
Citas
[2]https://www.msdmanuals.com/es-ec/professional/hematología-y-oncología/medicina-transfusional/complicaciones-de-la-transfusión
[3]https://www.msdmanuals.com/es/hogar/trastornos-de-la-sangre/transfusión-de-sangre/precauciones-y-reacciones-adversas-durante-una-transfusión-de-sangre
[8]https://www.stjude.org/es/cuidado-tratamiento/sabia-usted/productos-sanguineos-y-recuentos-sanguineos/sintomas-de-reaccion-a-una-transfusion-de-un-producto-sanguineo.html
Comments