Síndrome respiratorio agudo severo
- EmergenciasUNO

- 29 nov 2024
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Actualizado: 12 dic 2024
MANUAL DE EMERGENCIAS 2025
El síndrome respiratorio agudo severo (SARS) es una enfermedad respiratoria viral potencialmente mortal causada por el coronavirus SARS-CoV. Fue reconocido como una amenaza global en marzo de 2003, originándose en el sur de China en noviembre de 2002 y propagándose rápidamente a más de 24 países[1][2]. Aunque no se han detectado casos desde 2004, el SARS demostró la rapidez con la que una infección puede propagarse en un mundo altamente móvil e interconectado[2].
Síntomas
Los síntomas del SARS suelen aparecer entre 2 y 10 días después del contacto con el virus[4]. Inicialmente, los pacientes presentan una fase febril con síntomas similares a la gripe:
Fiebre alta (>38°C), a menudo alcanzando los 40°C
Escalofríos y rigor
Cefalea
General de Malestar
Mialgias
Fatiga
En algunos casos, también se observa:
Anorexia
Mareos
Odinofagia
Náuseas y vómitos[3]
Después de 3 a 7 días, los pacientes ingresan en la fase respiratoria, caracterizada por:
Tos seca, no productiva
Disnea
Hipoxemia, que puede progresar rápidamente a insuficiencia respiratoria[2][3]
Signos clínicos
Los signos clínicos más relevantes incluyen:
Fiebre persistente (>38°C)
Taquipnea
Taquicardia
Hipoxemia
En casos graves, desarrollo de síndrome de distrés respiratorio agudo (SDRA)[1][5]
Exploración
El examen físico puede revelar:
Respiración acortada
Ruidos respiratorios anormales, especialmente en las bases pulmonares.
Crepitantes
Transmisión de vibraciones vocales.
Soplo tubárico
Matidez a la percusión
Egofonía[3][6]
Es importante destacar que los hallazgos en la exploración física pueden ser mínimos en comparación con la extensión de las anomalías radiológicas[3].
Pruebas diagnósticas
El diagnóstico del SARS se basa en una combinación de criterios clínicos, epidemiológicos y de laboratorio:
Radiografía de tórax: Muestra infiltrados pulmonares consistentes con neumonía o SDRA[1][5].
Tomografía computarizada (TC): Puede revelar opacidades en vidrio esmerilado y consolidaciones, predominantemente subpleurales y posteriores[3].
Pruebas de laboratorio:
Hemograma: leucopenia, linfopenia y trombocitopenia[3]
Bioquímica: Elevación de LDH, CPK y transaminasas hepáticas[3]
Pruebas de coagulación: Alteraciones como aumento del TTPA y D-dímeros[3]
Pruebas específicas para SARS-CoV:
PCR (reacción en cadena de la polimerasa): Detección del ARN viral[3][5]
Serología: ELISA o inmunofluorescencia indirecta para detectar anticuerpos[3][5]
Aislamiento viral en cultivo celular[3][5]
Manejo de emergencias
El manejo del SARS en emergencias se centra en medidas de soporte y prevención de la transmisión:
Aislamiento inmediato del paciente sospechoso en una habitación con presión negativa[1][2].
Uso de equipo de protección personal por parte del personal sanitario[1].
Oxigenoterapia para mantener una saturación de oxígeno adecuada[2][6].
Ventilación mecánica en casos de insuficiencia respiratoria grave[2][6].
Tratamiento sintomático:
Antipiréticos para la fiebre
Fluidoterapia para mantener la hidratación[6]
Antibióticos de amplio espectro para prevenir o tratar infecciones bacterianas secundarias[4][6].
Monitorización estrecha de signos vitales y función respiratoria[6].
Notificación inmediata a las autoridades de salud pública[1][2].
Aunque no existe un tratamiento específico probado para el SARS, se han utilizado antivirales como ribavirina y corticosteroides en algunos casos, pero su eficacia no está claramente establecida[2][4].
El SARS representa un desafío significativo para los sistemas de salud debido a su rápida propagación y potencial gravedad. La identificación temprana, el aislamiento y las medidas de soporte son cruciales para el manejo efectivo de esta enfermedad.
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