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Sospecha de fractura con radiografía normal

Actualizado: 17 sept

MANUAL MINORS



Una situación clínica común es la sospecha de una fractura a pesar de que las radiografías iniciales no muestran alteraciones óseas visibles. Esto puede ocurrir debido a fracturas que no son fácilmente detectables en estudios radiológicos estándar, especialmente en las primeras etapas de la lesión.


Ejemplos incluyen fracturas por estrés, fracturas ocultas o fracturas en áreas difíciles de visualizar como el escafoides (muñeca), el cuello del fémur, el astrágalo o las costillas. Los pacientes presentan dolor localizado, hinchazón y dificultad para cargar peso, pero la radiografía inicial puede ser negativa.


Diagnóstico


El diagnóstico de sospecha de fractura con radiografía normal se basa en la clínica del paciente. Los signos típicos incluyen dolor intenso y localizado, sensibilidad al palpar el área sospechosa, hinchazón y, en algunos casos, limitación funcional.


La radiografía es la primera prueba de imagen, pero en algunos casos, las fracturas pueden no ser visibles inmediatamente después del traumatismo. Si la clínica es altamente sugestiva de fractura, se debe considerar la repetición de la radiografía después de 10 a 14 días, o realizar estudios de imagen más sensibles.


Pruebas adicionales


  1. Tomografía computarizada (TC): Utilizada para identificar fracturas complejas u ocultas, especialmente en áreas como la columna vertebral, pelvis o articulaciones.


  2. Resonancia magnética (RM): La mejor opción para detectar fracturas por estrés, fracturas ocultas o daño en los tejidos blandos asociados. Es útil para identificar cambios óseos en fases iniciales de la lesión.


  3. Gammagrafía ósea: Se puede usar en casos de fracturas por estrés o cuando no se cuenta con RM; detecta actividad metabólica ósea aumentada debido a la fractura.


Diagnóstico diferencial

Condición

Diferenciación clave

Contusión ósea

Dolor localizado tras un traumatismo, sin evidencia de fractura en radiografía

Esguince o distensión ligamentaria

Dolor localizado en la articulación, sin fractura visible; generalmente asociado a inestabilidad articular

Fractura por estrés

Dolor progresivo que aumenta con la actividad, visible en RM o gammagrafía, no siempre en radiografía inicial

Lesiones de cartílago articular

Dolor en la articulación, sin signos radiográficos de fractura, pero con restricción de movimiento

Infección ósea (osteomielitis)

Dolor crónico e inflamación, generalmente acompañado de fiebre; visible en RM o gammagrafía

Manejo en Emergencias


En una situación de sospecha de fractura con radiografía normal, es fundamental no descartar una fractura basándose únicamente en la imagen negativa. Se debe inmovilizar el área afectada para prevenir daños adicionales, usando férulas o dispositivos ortopédicos.


Se recomienda el reposo de la extremidad, aplicación de hielo y la administración de analgésicos y antiinflamatorios no esteroideos (AINEs) para el control del dolor. Si la clínica sigue siendo sugerente de fractura, el paciente debe ser derivado para estudios adicionales o una evaluación ortopédica.


Tratamiento Definitivo


El tratamiento definitivo depende del diagnóstico y la localización de la fractura. Algunas posibles situaciones incluyen:


  1. Fracturas por estrés: Requieren reposo, inmovilización y, en algunos casos, bota ortopédica o férula. Se debe evitar la actividad física intensa durante al menos 6 a 8 semanas. En fracturas por estrés de áreas con poca irrigación sanguínea (como el escafoides o el cuello del fémur), puede ser necesario el tratamiento quirúrgico.


  2. Fracturas ocultas: Si se confirma la fractura en estudios posteriores como RM o TC, el tratamiento dependerá del tipo de fractura (conservador o quirúrgico). La inmovilización es esencial en ambos casos.


  3. Contusiones óseas o lesiones ligamentosas: En estos casos, el tratamiento será conservador, con reposo, inmovilización temporal y rehabilitación según la gravedad de la lesión.


Seguimiento


En todas las situaciones, el seguimiento es crucial para evaluar la evolución de la lesión. Si los síntomas persisten o empeoran, es necesario repetir las imágenes o realizar pruebas adicionales para confirmar la presencia de fracturas o complicaciones asociadas.


Una sospecha de fractura con radiografía normal requiere una vigilancia cuidadosa para evitar complicaciones y asegurar que la lesión no se pase por alto.

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