MANUAL DE EMERGENCIAS 2025
La sobredosis en adultos representa un problema de salud pública significativo, con más de 70,000 muertes anuales solo en Estados Unidos[5]. Este artículo examina los aspectos clave de la sobredosis en adultos, incluyendo síntomas, signos clínicos, exploración, pruebas diagnósticas y manejo en emergencias.
Síntomas
Los síntomas de sobredosis pueden variar ampliamente dependiendo del agente tóxico involucrado. Algunos síntomas comunes incluyen:
Alteraciones del estado de conciencia, desde somnolencia hasta coma[8]
Náuseas y vómitos[8]
Dolor abdominal[8]
Dificultad para respirar o respiración anormalmente lenta o rápida[8]
Confusión y desorientación[8]
Dificultad para hablar o caminar[8]
Dolor de cabeza[8]
Alteraciones visuales[8]
Es importante destacar que los síntomas pueden no ser evidentes inmediatamente, especialmente en casos de ingestión de preparados de liberación sostenida o sustancias que retrasan la aparición de síntomas, como el paracetamol[7]
Signos Clínicos
La exploración física puede revelar varios signos clínicos indicativos de sobredosis:
Alteraciones pupilares: miosis (pupilas contraídas) o midriasis (pupilas dilatadas)[1]
Cambios en los signos vitales: taquicardia o bradicardia, taquipnea o bradipnea[8]
Alteraciones en la temperatura corporal[3]
Sequedad de boca o salivación excesiva[8]
Alteraciones del estado mental: agitación, letargia o coma[1]
Signos de traumatismo o lesiones asociadas[3]
Quemaduras o irritación en labios y boca en caso de ingestión de sustancias cáusticas[8]
Exploración
La exploración del paciente con sospecha de sobredosis debe ser sistemática y exhaustiva:
Evaluación inicial rápida de las funciones vitales (ABC: vía aérea, respiración, circulación)[3]
Examen neurológico detallado, incluyendo nivel de conciencia y reflejos[3]
Exploración cutánea en busca de signos de inyección o parches transdérmicos[9]
Evaluación del estado de hidratación[3]
Búsqueda de signos de traumatismo asociado[3]
Pruebas Diagnósticas
Las pruebas diagnósticas son fundamentales para confirmar la sospecha de sobredosis y guiar el tratamiento:
Análisis de sangre: hemograma completo, bioquímica (incluyendo función renal y hepática), gasometría arterial[1][4]
Análisis toxicológicos en sangre y orina[4]
Electrocardiograma (ECG)[8]
Radiografía de tórax[1]
Tomografía computarizada (TAC) craneal en casos de alteración del nivel de conciencia[1]
Determinación de niveles séricos de fármacos específicos cuando sea relevante (por ejemplo, paracetamol)[2]
Manejo en Emergencias
El manejo de la sobredosis en emergencias requiere un enfoque rápido y sistemático:
Estabilización inicial: asegurar la vía aérea, respiración y circulación[3]
Descontaminación: considerar lavado gástrico en las primeras 2 horas post-ingestión y administración de carbón activado[2]
Administración de antídotos específicos cuando estén disponibles (por ejemplo, naloxona para opioides)[6]
Tratamiento de soporte: fluidoterapia, corrección de alteraciones electrolíticas y ácido-base[1]
Monitorización continua de signos vitales y estado neurológico[3]
Tratamiento de complicaciones específicas (por ejemplo, convulsiones, arritmias)[1]
Consideración de técnicas de eliminación extracorpórea en casos seleccionados[4]
Es crucial recordar que el manejo debe individualizarse según el agente tóxico involucrado y la presentación clínica del paciente. La consulta temprana con un centro de toxicología puede ser invaluable para guiar el manejo óptimo[7].
El abordaje de la sobredosis en adultos requiere un enfoque multidisciplinario, con énfasis en la evaluación rápida, el diagnóstico preciso y el tratamiento oportuno. La prevención y la educación siguen siendo componentes cruciales en la reducción de la morbilidad y mortalidad asociadas a este problema de salud pública.
Citas
[9] https://www.msdmanuals.com/es-ec/hogar/traumatismos-y-envenenamientos/intoxicaciones-o-envenenamientos/introducción-a-las-intoxicaciones-o-envenenamientos
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