MANUAL DE EMERGENCIAS 2025
El embarazo es un proceso fisiológico complejo que conlleva una serie de cambios en el organismo femenino. La identificación temprana de los signos y síntomas del embarazo es crucial para garantizar un adecuado seguimiento y atención prenatal.
Síntomas
Los síntomas del embarazo pueden variar significativamente entre las mujeres. Algunos de los más comunes incluyen:
Amenorrea: La ausencia de menstruación es generalmente el primer indicio de embarazo[1].
Náuseas y vómitos: Conocidos combinados como “náuseas matutinas”, aunque pueden ocurrir en cualquier momento del día[1][2].
Fatiga: Un cansancio inusual, especialmente durante el primer trimestre[1][2].
Sensibilidad mamaria: Los senos pueden volverse más sensibles o hinchados[1][2].
Micción frecuente: Debido al aumento del flujo sanguíneo en la región pélvica[1][5].
Cambios en el estado de ánimo: Fluctuaciones emocionales causadas por los cambios hormonales[1][2].
Signos clínicos
Los signos clínicos del embarazo son aquellos que pueden ser observados o medidos objetivamente por un profesional de la salud:
Aumento del tamaño uterino: Detectable mediante examen pélvico bimanual[3].
Cambios cervicales: El cérvix se vuelve más blando y adquiere una coloración azulada (signo de Chadwick)[3].
Aumento de la pigmentación cutánea: Especialmente en áreas como la línea alba y los pezones[3].
Signos de Hegar y Goodell: Reblandecimiento del istmo uterino y del cérvix,
respectivamente[3].
Exploración
La exploración física durante el embarazo incluye:
Examen pélvico: Para evaluar los cambios uterinos y cervicales[3].
Control de peso y presión arterial: Fundamentales para el seguimiento del embarazo[3].
Auscultación de los latidos fetales: Generalmente audibles a partir de la semana 10-12 con Doppler[3].
Medición de la altura uterina: Para evaluar el crecimiento fetal[3].
Pruebas diagnósticas
Las pruebas diagnósticas más comunes para confirmar y monitorear el embarazo son:
Prueba de embarazo en orina: Detecta la hormona gonadotropina coriónica humana (hCG)[7].
Prueba de embarazo en sangre: Más sensible que la prueba en orina, puede ser cualitativa o cuantitativa[7].
Ecografía: Confirma la presencia y viabilidad del embarazo, así como la edad gestacional[4].
Pruebas de cribado: Como el Triple Screening, para evaluar el riesgo de anomalías cromosómicas[4].
Manejo de emergencias
En situaciones de emergencia obstétrica, es crucial seguir los protocolos establecidos:
Activación del código rojo obstétrico en caso de hemorragia severa[5][6].
Evaluación rápida del estado hemodinámico del paciente[5][6].
Canalización de vías venosas de gran calibre[5][6].
Administración de oxígeno suplementario si es necesario[5][6].
Inicio de reanimación con líquidos cristaloides[5][6].
Aplicación de medidas farmacológicas y no farmacológicas para controlar la hemorragia[5][6].
Traslado oportuno a un centro de mayor complejidad si es necesario[8].
El reconocimiento temprano de los signos y síntomas del embarazo, junto con una adecuada exploración y pruebas diagnósticas, son fundamentales para garantizar un seguimiento prenatal óptimo. Además, la preparación para manejar emergencias obstétricas es crucial para reducir la morbimortalidad materna y fetal.
Citas
[4 ] https://www.quironsalud.com/hospital-madrid/es/cartera-servicios/ginecologia-obstetricia/unidad-obstetricia/informacion-gestantes/pruebas-diagnosticas-primer-trimestre-embarazo
[5]https://unisalud.unicauca.edu.co/unisalud/sites/default/files/atencion_de_emergencias_obstetricas.docx.pdf
[8] https://bolivia.unfpa.org/sites/default/files/pub-pdf/modulo_de_des._competencias_emerg._obstetricas.pdf
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