Secreción vaginal – flujo vaginal
- EmergenciasUNO
- 3 dic 2024
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 12 dic 2024
MANUAL DE EMERGENCIAS 2025
La secreción vaginal, conocida como flujo vaginal, es un fenómeno fisiológico que puede volverse patológico en determinadas circunstancias. Este artículo aborda los síntomas, signos clínicos, exploración, pruebas diagnósticas y manejo en emergencias relacionadas con la secreción vaginal.
Síntomas
Los síntomas asociados a la secreción vaginal pueden variar significativamente dependiendo de la causa subyacente. Los más comunes incluyen:
Prurito : Picazón en la zona vulvar y vaginal.
Ardor : Sensación de quemazón, especialmente durante la micción o las relaciones sexuales.
Leucorrea : Flujo vaginal anormal que puede ser de diferentes colores y texturas, incluyendo blanco grumoso (candidiasis), grisáceo (vaginosis bacteriana) o verde amarillento (tricomoniasis).
Olor : Un olor desagradable, a menudo descrito como “a pescado”, es característico de la vaginosis bacteriana[1][2].
Signos clínicos
Durante el examen físico, se pueden observar varios signos clínicos que ayudan a identificar la causa de la secreción vaginal:
Eritema e inflamación : Enrojecimiento e hinchazón de la vulva y vagina.
Secreción anormal : Puede ser abundante, maloliente o sanguinolenta.
Lesiones : Presencia de lesiones o masas en la vulva que pueden indicar infecciones o irritaciones[3][4].
Exploración
La exploración ginecológica es fundamental para evaluar la secreción vaginal. Se realiza un examen pélvico que incluye:
Uso de espejo : Para visualizar el cuello uterino y las paredes vaginales.
Toma de muestras : Se utilizan hisopos para recoger muestras de secreción que serán analizadas bajo microscopio[6][8].
Durante esta evaluación, se busca identificar características del flujo, así como signos de inflamación o infección.
Pruebas diagnósticas
Las pruebas diagnósticas son esenciales para determinar la causa del flujo vaginal. Estos pueden incluir:
Examen microscópico : Para detectar microorganismos como levaduras o bacterias.
Cultivos : Para identificar infecciones específicas como candidiasis, vaginosis bacteriana o tricomoniasis.
pH vaginal : La medición del pH puede ayudar a diferenciar entre diferentes tipos de infecciones; por ejemplo, un pH superior a 4,5 sugiere vaginosis bacteriana[5][10].
Manejo de emergencias
El manejo en situaciones de emergencia dependerá del diagnóstico y la gravedad de los síntomas. En casos de secreción vaginal acompañada de fiebre alta, dolor pélvico intenso o secreción sanguinolenta, se debe buscar atención médica inmediata. El tratamiento inicial puede incluir:
Antibióticos : Para tratar infecciones bacterianas como la vaginosis o tricomoniasis.
Antifúngicos : En casos de candidiasis.
Analgésicos : Para aliviar el dolor asociado[2][4].
Es crucial realizar un seguimiento adecuado para evitar complicaciones y asegurar una recuperación completa.
La secreción vaginal es un síntoma común que puede indicar diversas condiciones patológicas. Un diagnóstico adecuado y un manejo efectivo son esenciales para garantizar la salud ginecológica de los pacientes.
Citas
[2] https://www.msdmanuals.com/es-ar/professional/ginecología-y-obstetricia/síntomas-de-los-trastornos-ginecológicos/prurito-y-secreción-vaginal
[8] https://www.msdmanuals.com/es/hogar/salud-femenina/vaginitis-cervicitis-y-enfermedad-inflamatoria-pélvica/introducción-a-la-vaginitis-infección-o-inflamación-vaginal
[9] https://www.elsevier.es/es-revista-progresos-obstetricia-ginecologia-151-articulo-protocolo-sociedad-espanola-ginecologia-obstetricia-S030450131300006X
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