MANUAL DE EMERGENCIAS 2024
Manejo de la Sarna: Reconocimiento y Manejo
La sarna es una infestación cutánea producida por el ácaro Sarcoptes scabiei, que provoca un prurito intenso y generalizado, especialmente durante la noche. Su manejo incluye:
Tratamiento con insecticidas tópicos:
La primera línea de tratamiento para la sarna clásica es la crema de permetrina al 5%. Se debe aplicar en todo el cuerpo, prestando especial atención a las zonas afectadas como los pliegues de la piel, manos, muñecas, genitales y entre los dedos.
El tratamiento debe aplicarse a toda la familia y contactos cercanos, aunque no presenten síntomas, para evitar la reinfestación.
Se debe repetir el tratamiento tras una semana si persisten síntomas o si aparecen nuevos surcos acarinos.
Tratamiento adicional:
En casos de prurito persistente, se puede recomendar el uso de antihistamínicos o el crotamitón al 10% para aliviar la picazón.
En personas con sarna costrosa o casos resistentes al tratamiento tópico, se debe considerar el uso de ivermectina oral en combinación con permetrina.
Medidas higiénicas:
Las personas afectadas deben lavar la ropa, sábanas y toallas a temperaturas superiores a 60°C o aislarlas en bolsas de plástico durante al menos 72 horas para matar los ácaros.
Revisión y seguimiento:
En casos de prurito persistente más allá de las 4 semanas después del tratamiento, o si aparecen nuevas lesiones, se debe reevaluar la situación y considerar un tratamiento adicional o la posibilidad de sarna resistente.
Casos especiales:
La sarna costrosa (también llamada sarna noruega) requiere atención especializada, ya que implica una infestación masiva con miles o millones de ácaros. Estos pacientes pueden requerir hospitalización, aislamiento y tratamiento más agresivo con permetrina combinada con ivermectina.
Diagnóstico
El diagnóstico de la sarna se realiza principalmente a través de la historia clínica y el examen físico:
El síntoma principal es el prurito nocturno, que es causado por la respuesta inmunológica a los ácaros y sus productos.
Las lesiones más comunes incluyen:
Pápulas eritematosas que se localizan en áreas específicas del cuerpo como el ombligo, las axilas, los genitales, las muñecas y las nalgas.
Surcos acarinos (un signo patognomónico de la sarna), que son pequeñas líneas grisáceas producidas por el movimiento del ácaro bajo la piel.
En casos sospechosos o difíciles, puede realizarse un raspado de piel para buscar los ácaros, huevos o excrementos bajo el microscopio, aunque no siempre es necesario.
Diagnóstico Diferencial
El diagnóstico diferencial de la sarna incluye:
Dermatitis atópica: caracterizada por piel seca y eritema.
Foliculitis: inflamación de los folículos pilosos.
Eczema: inflamación crónica de la piel, asociada con prurito y erupciones cutáneas.
Piojos púbicos: infestación localizada principalmente en áreas de pelo grueso.
Picaduras de insectos: pápulas pruriginosas sin presencia de surcos acarinos.
Definición
La sarna es una infestación cutánea causada por el ácaro Sarcoptes scabiei, que se transmite principalmente por contacto directo prolongado con personas infestadas. El ácaro excava túneles en la epidermis, depositando sus huevos, lo que provoca una reacción inmunológica que se manifiesta con prurito intenso. La sarna puede presentarse en dos formas principales:
Sarna clásica: afecta generalmente a individuos sanos y se caracteriza por un número limitado de ácaros (5-15) que producen lesiones pruriginosas y erupciones en zonas localizadas del cuerpo.
Sarna costrosa: es una variante más severa, que afecta a personas inmunodeprimidas o con incapacidad para rascarse, donde puede haber millones de ácaros y se observan placas gruesas y costrosas en la piel.
Es una afección que, si se trata adecuadamente, tiene un buen pronóstico, aunque la sarna costrosa puede requerir un manejo más agresivo y prolongado.
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