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Sangrados NO relacionados con el embarazo o con el periodo

Actualizado: 12 dic 2024

MANUAL DE EMERGENCIAS 2025



El sangrado uterino anormal no asociado al embarazo o al ciclo menstrual normal es un problema ginecológico frecuente, con una prevalencia estimada del 30%[6]. Este artículo aborda los aspectos clave de esta condición, incluyendo sus manifestaciones clínicas, evaluación diagnóstica y manejo inicial en el servicio de urgencias.


Síntomas


Los síntomas del sangrado uterino anormal pueden incluir:


  • Sangrado o manchado vaginal entre periodos menstruales[5]

  • Periodos que ocurren con intervalos menores a 28 días o mayores a 35 días[5]

  • Variación mensual en el tiempo entre periodos[5]

  • Sangrado más abundante de lo normal (expulsión de coágulos grandes, necesidad de cambiar la protección durante la noche, saturación de una toalla sanitaria o tampón cada hora durante 2-3 horas consecutivas)[5]

  • Sangrado que se prolonga por más de 7 días[5]

  • Sangrado después de la menopausia[3]

  • Sangrado post-coital[1][3]


Signos clínicos


Los signos clínicos pueden variar dependiendo de la causa subyacente, pero pueden incluir:


  • Palidez de mucosas y piel, sugestiva de anemia[1][2]

  • Signos de inestabilidad hemodinámica en casos de sangrado severo (taquicardia, hipotensión)[1][2]

  • Presencia de hematomas o petequias, que pueden indicar trastornos de la coagulación[4]

  • Hirsutismo y obesidad, que pueden alterar trastornos endocrinos como el síndrome de ovario poliquístico[1]


Exploración


La exploración física debe incluir:


  • Evaluación de signos vitales para descartar inestabilidad hemodinámica[2]

  • Examen abdominal en busca de masas, dolor o signos de irritación peritoneal[2]

  • Exploración ginecológica completa:


    • Inspección de genitales externos, vulva, vagina y cuello uterino con espéculo[2]

    • Tacto bimanual para evaluar tamaño y consistencia uterina, así como anexos[2][4]


Pruebas diagnósticas


Las pruebas diagnósticas recomendadas incluyen:


  1. Prueba de embarazo en toda mujer en edad fértil[1][4]

  2. Hemograma completo para evaluar anemia y recuento plaquetario[1][4][5]

  3. Pruebas de coagulación[4][5]

  4. Ecografía pélvica transvaginal[1][4]

  5. Biopsia endometrial en pacientes con factores de riesgo para hiperplasia o cáncer endometrial[1][4]

  6. Pruebas hormonales (FSH, LH, prolactina, andrógenos) si se sospecha disfunción ovulatoria[4][5]

  7. Pruebas de función tiroidea[4][5]

  8. Papanicolaou y prueba de VPH[4]


En casos seleccionados, pueden ser necesarias pruebas adicionales como histeroscopia, resonancia magnética o laparoscopia[4][6].


Manejo de emergencias


El manejo inicial en el servicio de urgencias debe enfocarse en:


  1. Evaluación de la estabilidad hemodinámica y resucitación si es necesario[1][2]

  2. Control del sangrado activo:


    • Considerar el uso de antifibrinolíticos como el ácido tranexámico[1]

    • Terapia hormonal con estrógenos en altas dosis o anticonceptivos orales combinados[1]


  3. Tratamiento de la anemia:


    • Suplementación con hierro oral o intravenoso[4]

    • Transfusión sanguínea en casos de anemia severa o inestabilidad hemodinámica[1]


  4. Manejo del dolor si está presente

  5. Iniciar el proceso de diagnóstico con las pruebas mencionadas anteriormente.

  6. Derivación a ginecología para seguimiento y manejo definitivo[4]


Es fundamental recordar que el sangrado uterino anormal puede ser la manifestación de condiciones graves como cáncer ginecológico o trastornos hematológicos[1][3]. Por lo tanto, una evaluación exhaustiva y un seguimiento adecuado son esenciales para garantizar un diagnóstico preciso y un tratamiento óptimo.


Citas


 
 
 

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