MANUAL DE EMERGENCIAS 2025
El sangrado vaginal anormal es una condición ginecológica frecuente que puede afectar a mujeres de todas las edades. Este artículo académico abordará los aspectos clave de esta patología, incluyendo sus síntomas, signos clínicos, exploración, pruebas diagnósticas y manejo en emergencias.
Síntomas
Los síntomas del sangrado vaginal anormal pueden variar ampliamente, pero generalmente incluyen:
Sangrado o manchado entre periodos menstruales[1][4]
Sangrado después de la relación sexual[1][4]
Sangrado más abundante de lo normal, que puede incluir la expulsión de coágulos grandes[1][4]
Periodos menstruales que duran más de 7 días[4]
Ciclos menstruales irregulares, con intervalos menores a 24 días o mayores a 35 días[3][4]
Sangrado posmenopáusico[1][4]
Es importante destacar que algunas mujeres pueden experimentar síntomas asociados como dolor al tacto en las mamas, cólicos y distensión abdominal[3].
Signos clínicos
Los signos clínicos del sangrado vaginal anormal pueden incluir:
Palidez de la piel y mucosas, indicativo de anemia[2]
Signos de hipovolemia en casos de sangrado abundante, como hipotensión y taquicardia[2]
Presencia de sangre en la ropa interior o en las toallas sanitarias[1]
En casos severos, pueden observarse signos de choque hipovolémico[1]
Exploración
La exploración física es fundamental para el diagnóstico y debe incluir:
Examen pélvico completo[1][3]
Inspección de genitales externos, vulva, recto y uretra[2]
Examen con espéculo para valorar vagina y exocérvix[2]
Tacto bimanual para evaluar el útero y los anexos[2]
Durante la exploración, es crucial buscar lesiones por atrofia, traumatismos, infecciones, cuerpos extraños y/o tumores[2].
Pruebas diagnósticas
Las pruebas diagnósticas para el sangrado vaginal anormal pueden incluir:
Prueba de embarazo en todas las mujeres en edad fértil[1][3]
Hemograma completo con recuento de plaquetas[1][2]
Estudio de coagulación[1][2]
Ecografía pélvica, preferentemente transvaginal[2][3]
Determinación de niveles hormonales (estrógenos, progesterona, hormonas tiroideas, prolactina)[3]
Prueba de Papanicolaou y/o prueba del virus del papiloma humano (VPH)[3]
Biopsia endometrial en casos seleccionados[3][4]
En algunos casos, pueden ser necesarias pruebas adicionales como histeroscopia o resonancia magnética[3][5].
Manejo de emergencias
El manejo en emergencias del sangrado vaginal anormal debe seguir estos pasos:
Evaluación inicial de la estabilidad hemodinámica del paciente[1][2]
En caso de sangrado abundante o signos de hipovolemia, inicie la reposición de volumen y considere la transfusión sanguínea si es necesario[2]
Realizar una anamnesis detallada y exploración física completa[1][2]
Solicitar pruebas diagnósticas urgentes: hemograma, coagulación, prueba de embarazo y ecografía pélvica[1][2][3]
Iniciar tratamiento específico según la causa identificada. Esto puede incluir:
Tratamiento hormonal para controlar el sangrado[4]
Antibióticos en caso de infección[2]
Manejo quirúrgico urgente en casos de patología orgánica que lo requieran[2]
Decidir si el paciente requiere ingreso hospitalario o puede ser manejado de forma ambulatoria[2]
Es fundamental recordar que toda mujer que experimenta una hemorragia uterina anormal debe ser evaluada médicamente[5]. El manejo individualizado, considerando la edad del paciente y sus deseos reproductivos, es esencial para un tratamiento óptimo[5].
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