Salud mental en estudiantes
- EmergenciasUNO
- 23 ago 2024
- 4 Min. de lectura
MANUAL DE EMERGENCIAS 2024
Manejo de la Salud mental en estudiantes
El manejo de la salud mental en estudiantes de educación superior requiere un enfoque integral que abarque la prevención, diagnóstico temprano, tratamiento adecuado y seguimiento continuo. A continuación se detallan las estrategias de manejo recomendadas:
Prevención y detección temprana:
Las consultas médicas con un número significativo de estudiantes deben implementar medidas preventivas, como la evaluación sistemática del bienestar mental en el momento de la inscripción o durante cualquier consulta inicial.
Es recomendable que el personal médico y de apoyo reciba capacitación continua sobre la evaluación y manejo de trastornos mentales en jóvenes adultos, con especial énfasis en identificar factores de riesgo como soledad, presiones académicas o financieras, condiciones físicas crónicas y trastornos neuropsiquiátricos preexistentes como el TDAH.
Se sugiere revisar el historial de salud mental de los estudiantes para identificar aquellos con diagnósticos preexistentes, promoviendo la comunicación entre los equipos de salud de su lugar de origen y los profesionales de salud locales.
Tratamiento de trastornos mentales comunes:
Depresión y ansiedad: Se debe ofrecer tratamiento psicológico o farmacológico, dependiendo de la severidad de los síntomas. Los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS) suelen ser de primera línea, combinados con terapia cognitivo-conductual u otras formas de apoyo psicológico. Los estudiantes menores de 30 años que inician tratamiento con ISRS deben ser monitoreados de cerca debido al riesgo inicial de pensamientos suicidas.
Psicosis y esquizofrenia: Si se presenta riesgo significativo de daño propio o hacia otros, se debe realizar una evaluación inmediata por un equipo especializado en intervención temprana o considerar la hospitalización. No se recomienda iniciar tratamiento antipsicótico sin la evaluación de un psiquiatra.
Trastorno bipolar: En casos de sospecha de trastorno bipolar, es esencial la derivación urgente a un especialista para confirmar el diagnóstico y elaborar un plan de tratamiento. En caso de episodios de manía o depresión severa, la evaluación y tratamiento deben ser rápidos para prevenir complicaciones graves.
Trastornos alimentarios: Los estudiantes con síntomas de anorexia, bulimia u otros trastornos alimentarios deben ser referidos a servicios especializados. El manejo incluye monitoreo físico regular para prevenir complicaciones graves, y apoyo psicológico intensivo.
Estrés postraumático (TEPT): Los estudiantes con síntomas de TEPT, como flashbacks o ansiedad relacionada con eventos traumáticos previos, deben ser tratados mediante terapia psicológica especializada. Si hay riesgo de autolesiones o suicidio, la evaluación y tratamiento deben ser urgentes.
Seguimiento:
Es crucial mantener un seguimiento regular de los estudiantes con problemas de salud mental, incluso mientras esperan atención especializada. Las consultas periódicas permiten ajustar el tratamiento según los cambios en los síntomas y garantizar la continuidad de la atención.
Se debe garantizar una buena coordinación entre equipos de atención médica en diferentes ubicaciones (universidad y hogar) para evitar interrupciones en el tratamiento, especialmente en los períodos de vacaciones o cambios de residencia.
Ofrecer recursos de apoyo, como grupos de apoyo estudiantil y acceso a servicios de consejería locales y nacionales, como “Student Minds” o “Students Against Depression”.
Diagnóstico
El diagnóstico de los problemas de salud mental en estudiantes debe enfocarse en una evaluación integral que considere síntomas psicológicos, físicos y contextuales.
Identificación de personas en riesgo:
Las consultas que atienden a estudiantes deben incorporar estrategias proactivas para la identificación de trastornos mentales, como la aplicación de cuestionarios breves de bienestar mental al momento de la inscripción o en cualquier consulta médica.
Evaluar de manera rutinaria a los estudiantes con antecedentes de problemas de salud mental y promover la comunicación entre el equipo de atención médica del lugar de origen y los servicios de salud locales para garantizar la continuidad de la atención.
Evaluación clínica:
La evaluación debe incluir preguntas sobre los síntomas psicológicos (cambios en el estado de ánimo, pensamiento o comportamiento), los síntomas físicos (como fatiga o dolores inexplicables), así como el rendimiento académico, patrones de sueño, uso de sustancias y antecedentes familiares de problemas mentales.
Si se sospecha depresión o ansiedad, se puede utilizar la Escala Breve de Bienestar Mental de Warwick-Edimburgo (SWEMWBS) para medir el bienestar general.
La evaluación del riesgo de suicidio es crucial si el estudiante muestra signos de ideación suicida, depresión severa o trastornos psicóticos.
Diagnóstico Diferencial
Los problemas de salud mental en estudiantes pueden ser difíciles de diagnosticar debido a la superposición de síntomas con otras condiciones médicas. Algunas consideraciones incluyen:
Trastornos de ansiedad y depresión: Los síntomas físicos (dolores de cabeza, fatiga) pueden ser causados tanto por ansiedad como por depresión. Es importante explorar si los síntomas tienen una causa emocional subyacente.
Trastorno bipolar: La alternancia entre episodios de depresión y manía puede ser difícil de identificar sin una evaluación completa del historial del paciente.
Psicosis y esquizofrenia: Los síntomas psicóticos, como alucinaciones o delusiones, pueden no ser obvios inicialmente y requerirán una evaluación cuidadosa para descartar otros trastornos.
Trastornos de la conducta alimentaria: A menudo subdiagnosticados en los estudiantes, estos trastornos pueden presentar signos como pérdida de peso extrema, distorsión de la imagen corporal y comportamientos alimentarios disfuncionales.
Abuso de sustancias: El uso de alcohol o drogas recreativas puede ser una señal de un trastorno mental subyacente o una complicación en estudiantes que intentan manejar el estrés o la ansiedad.
Definición
Los estudiantes universitarios son un grupo demográfico particularmente vulnerable a los problemas de salud mental debido a una combinación de factores propios de esta etapa de la vida, como el aislamiento social, las presiones académicas, las dificultades financieras, y la adaptación a la vida independiente.
Los problemas más comunes incluyen la depresión y los trastornos de ansiedad, aunque también son frecuentes trastornos como la esquizofrenia, el trastorno bipolar, los trastornos de la conducta alimentaria, y el trastorno por estrés postraumático (TEPT). Estos problemas pueden tener un impacto negativo en el rendimiento académico y aumentar el riesgo de suicidio.
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