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Ruptura del Tendón de Aquiles

MANUAL DE EMERGENCIAS MENORES



Una ruptura del tendón de Aquiles es una lesión grave en la que el tendón que conecta los músculos de la pantorrilla (gastrocnemio y sóleo) con el hueso del talón se desgarra parcial o completamente. Es más común en personas activas, especialmente entre los 30 y 50 años, y suele ocurrir durante actividades deportivas que implican saltos o cambios bruscos de dirección.


Los síntomas incluyen un dolor agudo repentino en la parte posterior de la pierna, a menudo descrito como una sensación de “chasquido” o “estallido”, seguido de debilidad e incapacidad para caminar o ponerse de puntillas.


Diagnóstico


El diagnóstico clínico se basa en antecedentes de dolor repentino seguido de pérdida de la función del tobillo. En la exploración física, suele detectarse una hendidura palpable en el tendón y se realiza la prueba de Thompson, que es positiva si no hay flexión plantar al comprimir la pantorrilla.


La ecografía o la resonancia magnética (RM) son útiles para confirmar la extensión de la ruptura y planificar el tratamiento.


Diagnóstico Diferencial


Condición

Diferenciación Clave

Tendinitis de Aquiles

Dolor progresivo sin pérdida súbita de fuerza ni “chasquido”; empeora con la actividad física.

Desgarro del músculo gastrocnemio

Dolor en la pantorrilla asociado a la actividad física, sin pérdida de la capacidad de flexión plantar.

Bursitis retrocalcánea

Dolor e hinchazón detrás del talón, sin defecto palpable en el tendón ni pérdida significativa de fuerza.

Rotura del tendón tibial posterior

Dolor en el tobillo medial, con aplanamiento del arco plantar; no compromete el tendón de Aquiles.

Fractura de calcáneo

Dolor intenso tras traumatismo directo; dificultad para caminar; se confirma por radiografía.

Manejo de Emergencia


En urgencias, el manejo inicial incluye inmovilizar el pie en posición de flexión plantar (posición en la que el tendón está relajado) para minimizar la tensión sobre el tendón roto. Se administran analgésicos y antiinflamatorios no esteroideos (AINEs) para el control del dolor.


Se requiere derivación inmediata a ortopedia, ya que las rupturas completas del tendón de Aquiles suelen requerir tratamiento quirúrgico. Si el diagnóstico no es claro, se recomienda una ecografía o RM para confirmarlo.


Tratamiento Definitivo


El tratamiento de la ruptura del tendón de Aquiles depende de la edad del paciente, su nivel de actividad y la gravedad de la lesión. Existen dos opciones principales:


  • Tratamiento quirúrgico: Consiste en suturar el tendón roto. Es la opción más común en pacientes jóvenes y deportistas, ya que reduce el riesgo de rerrotura y permite una recuperación funcional más rápida. Después de la cirugía, se inmoviliza la pierna y se inicia un programa intensivo de rehabilitación para recuperar la fuerza y la movilidad.


  • Tratamiento conservador: Involucra la inmovilización con una bota ortopédica o yeso que mantiene el pie en flexión plantar para permitir la cicatrización natural del tendón. Es más adecuado para pacientes mayores o con menor demanda física, aunque conlleva un mayor riesgo de rerrotura en comparación con la cirugía. La rehabilitación es igualmente esencial para restaurar la funcionalidad completa.

 
 
 

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