MANUAL DE EMERGENCIAS 2024
Manejo de la Rubéola (Sarampión alemán)
Manejo en personas no embarazadas:
La rubéola es usualmente una enfermedad leve y autolimitada. El tratamiento se basa en medidas de apoyo, como reposo, hidratación adecuada y el uso de paracetamol o ibuprofeno para el alivio de los síntomas (fiebre, malestar, artralgias).
Se debe evitar el contacto cercano con otras personas durante al menos 5 días después de la aparición del exantema, especialmente con mujeres embarazadas no inmunizadas.
Aquellas personas que han estado en contacto con un caso confirmado de rubéola deben ser monitoreadas por síntomas, y si los desarrollan, se debe evitar el contacto con mujeres embarazadas y consultar a un médico de inmediato.
Manejo en mujeres embarazadas:
Si se sospecha o confirma un caso de rubéola en una mujer embarazada, se debe notificar de inmediato al Equipo de Protección de la Salud (HPT), ya que es una enfermedad de notificación obligatoria.
Se deben realizar pruebas serológicas independientemente del estado de inmunización o la etapa del embarazo para confirmar el diagnóstico.
Si la infección se confirma en el primer trimestre del embarazo (antes de las 20 semanas), la mujer debe ser derivada de manera urgente a un obstetra especializado para evaluación del riesgo y asesoramiento. Existe un riesgo elevado de defectos congénitos severos en el feto, conocido como síndrome de rubéola congénita (SRC), especialmente si la infección ocurre en las primeras 8-10 semanas de gestación.
Después de las 20 semanas de gestación, el riesgo de SRC es bajo, y se puede tranquilizar a la paciente de que no hay casos documentados de malformaciones congénitas.
Medidas preventivas:
Se debe garantizar que las personas susceptibles (sin vacunación previa o sin infección anterior) reciban la vacuna triple vírica (MMR) después de la recuperación. En mujeres en edad fértil, se debe evitar el embarazo durante al menos 4 semanas después de recibir la vacuna.
Medidas higiénicas:
Para prevenir la diseminación de la infección, se recomienda seguir prácticas adecuadas de higiene personal, como lavarse las manos frecuentemente, cubrirse la boca y la nariz al toser o estornudar y usar pañuelos desechables.
Diagnóstico
La rubéola no puede diagnosticarse únicamente mediante la observación clínica, ya que los síntomas no son específicos. El diagnóstico requiere confirmación a través de pruebas de laboratorio.
Síntomas clínicos:
Rubéola asintomática: Hasta el 50% de los casos pueden no mostrar síntomas.
En los casos sintomáticos, los síntomas aparecen de 2 a 3 semanas después de la exposición al virus:
Exantema: Generalmente es un sarpullido maculopapular de color rosado o rojo claro que comienza en la cara y el cuello y se extiende hacia el cuerpo. Suele durar de 3 a 4 días.
Linfadenopatía: Inflamación de los ganglios linfáticos, especialmente suboccipitales, postauriculares y cervicales, que puede preceder al exantema por 5-10 días y persistir hasta 2 semanas después de que desaparezca el exantema.
Artritis y artralgia: Más común en adultos, especialmente en mujeres, afectando hasta el 70% de los casos.
Síntomas inespecíficos: Incluyen fiebre baja, malestar, dolor de cabeza, síntomas leves de vías respiratorias superiores y conjuntivitis no purulenta.
Evaluación clínica:
Se debe hacer una evaluación detallada del historial de viajes recientes o contacto con personas con rubéola o con síntomas similares.
Es esencial sospechar rubéola en mujeres embarazadas, especialmente en las primeras 20 semanas de gestación, independientemente del historial de vacunación, ya que la infección durante el embarazo puede tener graves consecuencias para el feto.
Pruebas diagnósticas:
Se deben realizar pruebas serológicas para confirmar la rubéola, especialmente en mujeres embarazadas, ya que el diagnóstico no puede basarse únicamente en la clínica.
Las muestras pueden incluir muestras de sangre para la detección de anticuerpos IgM e IgG contra rubéola. En casos de diagnóstico reciente, se pueden solicitar muestras de líquidos orales.
Diagnóstico diferencial
La rubéola puede compartir síntomas con otras enfermedades virales y reacciones alérgicas, lo que hace necesario considerar otras condiciones en el diagnóstico diferencial:
Parvovirus B19: Produce eritema infeccioso, caracterizado por un exantema rojizo en las mejillas (“síndrome de la bofetada”) y artritis en adultos, similar a la rubéola.
Sarampión: Causa una erupción maculopapular con fiebre más alta y síntomas respiratorios más graves que la rubéola.
Otras infecciones virales: Virus como el herpesvirus tipo 6 (roseola), enterovirus y citomegalovirus pueden producir síntomas similares.
Fiebre escarlata, síndrome de Kawasaki, toxoplasmosis y sífilis también deben ser consideradas.
Definición
La rubéola, también conocida como sarampión alemán, es una infección viral causada por un togavirus de la familia Rubivirus, que se transmite por contacto directo con personas infectadas o por gotas de secreciones respiratorias. Aunque suele ser una enfermedad leve, especialmente en niños, puede tener consecuencias graves si se contrae durante el embarazo.
La vacunación ha reducido drásticamente la prevalencia de la rubéola en muchos países, pero sigue siendo un problema de salud pública en algunas regiones del mundo donde las tasas de vacunación son más bajas.
La rubéola puede causar graves malformaciones congénitas, conocidas como síndrome de rubéola congénita (SRC), si una mujer embarazada se infecta durante el primer trimestre del embarazo.
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