MANUAL DE MEDICINA DE EMERGENCIAS 2025
La retención urinaria es una condición urológica caracterizada por la incapacidad de vaciar completamente la vejiga o la imposibilidad total de orinar. Esta afección puede presentarse de forma aguda o crónica, y su prevalencia es mayor en hombres, especialmente en edades avanzadas[6].
Síntomas
Los síntomas de la retención urinaria pueden variar según su presentación aguda o crónica:
Dolor e irritación en la parte inferior del abdomen[5]
Sensación frecuente y urgente de orinar, con dificultad para hacerlo[5]
Polaquiuria (aumento en la frecuencia urinaria)[7]
Sensación de micción incompleta[7]
Incontinencia de urgencia o de rebosamiento[7]
En casos de retención aguda, los síntomas suelen ser más intensos y pueden incluir ansiedad, agitación, diaforesis y dolor abdominal agudo[3].
Signos Clínicos
Durante la exploración física, los profesionales de la salud pueden identificar los siguientes signos:
Masa pélvica visible y palpable en el abdomen inferior[3]
Percusión mate sobre la vejiga (cuando contiene 150 ml o más de orina)[3]
Dolor que se intensifica a la palpación abdominal[3]
En casos severos, puede observarse distensión abdominal[7]
Exploración
La exploración física es fundamental para el diagnóstico de la retención urinaria e incluye:
Examen abdominal: Evaluación de la vejiga, buscando una masa pélvica palpable y dolorosa[3].
Tacto rectal: Para evaluar el tono del esfínter anal y la presencia de impactación fecal[3].
En mujeres, puede ser necesario un examen pélvico para descartar causas ginecológicas[4].
Pruebas Diagnósticas
Para confirmar el diagnóstico y determinar la causa subyacente, se pueden realizar las siguientes pruebas:
Medición del volumen residual posmiccional: Mediante cateterismo o ecografía[7].
Análisis de orina y sangre: Para descartar infecciones o alteraciones metabólicas[7].
Ecografía vesical: Para evaluar el volumen y la estructura de la vejiga[5].
Cistoscopia: Examen visual directo de la uretra y la vejiga[5].
Pruebas urodinámicas: Para evaluar la función vesical y uretral[5].
Tomografía computarizada (CT): En casos específicos para descartar causas estructurales[5].
Electromiografía: Para evaluar la actividad muscular y nerviosa alrededor de la vejiga[5].
Manejo de emergencias
El manejo de la retención urinaria aguda en emergencias es crucial y sigue estos pasos:
Cateterismo uretral inmediato: Es el tratamiento de primera línea para aliviar la retención[7].
Evaluación de la causa subyacente: Mediante historia clínica, examen físico y pruebas diagnósticas[1].
Tratamiento de la causa: Puede incluir medicamentos (como bloqueantes alfa-adrenérgicos en casos de hiperplasia prostática benigna) o intervenciones quirúrgicas según sea necesario[7].
Monitoreo de la función renal: Para detectar posibles complicaciones como la insuficiencia renal[4].
Consideración de cateterismo intermitente o permanente: En casos de retención crónica o recurrente[7].
La retención urinaria es una condición urológica que requiere un abordaje diagnóstico, terapéutico y rápido. El reconocimiento temprano de los síntomas, una exploración física adecuada y el uso apropiado de pruebas diagnósticas son fundamentales para un manejo efectivo, especialmente en situaciones de emergencia.
Citas
[4] https://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0210-48062011000700002[5] https://www.cancer.org/es/cancer/como-sobrellevar-el-cancer/efectos-secundarios/cambios-urniarios-y-de-excrecion/retencion-urinaria.html
[6] https://www.elsevier.es/es-revista-atencion-primaria-27-articulo-manejo-urgente-retencion-aguda-orina-S0212656713000942
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