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Psicosis de Korsakoff

Actualizado: 13 dic 2024

MANUAL DE EMERGENCIAS 2025



La psicosis de Korsakoff se desarrolla en aproximadamente el 80% de los pacientes no tratados con encefalopatía de Wernicke[1][2]. Aunque el alcoholismo crónico es la causa más común, otras condiciones que pueden llevar a un déficit severo de tiamina también pueden desencadenar este síndrome. La deficiencia de tiamina provoca daños en estructuras cerebrales críticas, incluyendo los cuerpos mamilares, el tálamo y el hipotálamo[3].


Síntomas


Los síntomas característicos de la psicosis de Korsakoff incluyen:


  1. Amnesia anterógrada severa: incapacidad para formar nuevos recuerdos[4].

  2. Amnesia retrógrada: pérdida de memoria de eventos pasados, que puede variar en extensión[1].

  3. Confabulación: invención involuntaria de historias para llenar lagunas de memoria[2][3].

  4. Desorientación temporal: pérdida de la noción del tiempo[1].

  5. Apatía o cambios emocionales: pueden incluir euforia leve o falta de respuesta emocional[1].


Signos clínicos


Los signos clínicos observables en pacientes con psicosis de Korsakoff son:


  1. Deterioro cognitivo evidente, especialmente en la memoria reciente.

  2. Preservación relativa de otras funciones cognitivas y habilidades sociales.

  3. Confabulación espontánea o provocada.

  4. Apatía o indiferencia ante situaciones que normalmente provocarían una respuesta emocional.

  5. Posible presencia de signos neurológicos residuales de la encefalopatía de Wernicke, como ataxia o alteraciones oculomotoras[1].


Exploración


La exploración clínica debe incluir:


  1. Evaluación neurológica completa.

  2. Examen del estado mental, con énfasis en la memoria y orientación.

  3. Pruebas de función cognitiva, incluyendo tests de memoria a corto y largo plazo.

  4. Evaluación de la marcha y coordinación.

  5. Examen de los movimientos oculares.


Pruebas diagnósticas


El diagnóstico de la psicosis de Korsakoff es principalmente clínico, pero se pueden realizar las siguientes pruebas para apoyar el diagnóstico y descartar otras patologías:


  1. Resonancia magnética cerebral: puede mostrar atrofia de los cuerpos mamilares y otras estructuras cerebrales afectadas[3].

  2. Tomografía por emisión de positrones: puede revelar áreas de hipometabolismo cerebral[3].

  3. Pruebas de laboratorio: para evaluar los niveles de tiamina y descartar otras causas de deterioro cognitivo.

  4. Tests neuropsicológicos: para evaluar detalladamente las funciones cognitivas y la memoria.


Manejo en Emergencias


El manejo de la psicosis de Korsakoff en el servicio de emergencias debe centrarse en:


  1. Administración inmediata de tiamina: se debe administrar por vía parenteral, preferiblemente intravenosa, en dosis altas (500 mg cada 8 horas) durante al menos 2-3 días[1][2].

  2. Hidratación adecuada: para corregir posibles desequilibrios electrolíticos.

  3. Corrección de otros déficits nutricionales: especialmente magnesio y otras vitaminas del complejo B.

  4. Manejo de la abstinencia alcohólica: si es necesario, utilizando benzodiacepinas u otros fármacos apropiados.

  5. Evaluación y tratamiento de complicaciones médicas asociadas.


Es crucial iniciar el tratamiento con tiamina lo antes posible, sin esperar la confirmación diagnóstica, ya que el retraso en el tratamiento puede llevar a daños cerebrales irreversibles[1][2].


La psicosis de Korsakoff es una complicación grave del déficit crónico de tiamina, principalmente asociada al alcoholismo. Su diagnóstico requiere un alto índice de sospecha clínica y un abordaje multidisciplinario. El tratamiento temprano con tiamina es fundamental para prevenir el daño cerebral permanente y mejorar el pronóstico del paciente.


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