top of page

Proctitis venérea

Actualizado: 11 dic 2024

MANUAL DE EMERGENCIAS 2025



La proctitis venérea es una inflamación del recto causada por infecciones de transmisión sexual (ITS). Este problema ha aumentado en incidencia en los últimos años, especialmente entre hombres que tienen sexo con hombres (HSH)[3][5]. A continuación, se presenta un análisis detallado de los aspectos clave de esta condición:


Síntomas


Los síntomas más comunes de la proctitis venérea incluyen:


  • Tenesmo rectal (sensación frecuente o continua de tener que defecar)

  • Dolor rectal

  • Diarrea

  • Rectorragia (sangrado rectal)

  • Secreción mucosa o mucopurulenta del recto[1][4]


Es importante destacar que la intensidad de los síntomas puede variar según el agente patógeno causante. Por ejemplo, las infecciones por sífilis y virus del herpes simple (VHS) tienden a ser más dolorosas debido a su afectación del epitelio escamoso estratificado en el área perianal y el borde anal[4].


Signos clínicos


Los signos clínicos observables en pacientes con proctitis venérea pueden incluir:


  • Eritema y edema de la mucosa rectal.

  • Úlceras rectales (especialmente en casos de sífilis o herpes)

  • Exudado mucopurulento visible en el recto.

  • Linfadenopatías inguinales o femorales (particularmente en casos de linfogranuloma venéreo)[3][5]


Exploración


La exploración del paciente con sospecha de proctitis venérea debe incluir:


  1. Examen físico general, prestando especial atención a signos de otras ITS.

  2. Inspección visual del área perianal y anal.

  3. Tacto rectal para evaluar dolor, masas o irregularidades.

  4. Anoscopia para visualizar directamente la mucosa rectal[2][5].


Pruebas diagnósticas


Para confirmar el diagnóstico y determinar el agente causal, se recomiendan las siguientes pruebas:


  1. Cultivo rectal para Neisseria gonorrhoeae y Chlamydia trachomatis.

  2. Pruebas de amplificación de ácidos nucleicos (NAAT) para detectar C. trachomatis, N. gonorrhoeae y VHS.

  3. Serología para sífilis y VIH.

  4. Proctoscopia o sigmoidoscopia flexible con toma de biopsias para estudio histológico y cultivo[1][3][5].


En casos seleccionados, puede ser necesario realizar una colonoscopia completa para descartar enfermedad inflamatoria intestinal[2].


Manejo de emergencias


El manejo inicial de la proctitis venérea en el servicio de emergencias debe incluir:


  1. Evaluación clínica completa y toma de muestras para estudios microbiológicos.

  2. Inicio de tratamiento empírico con antibióticos de amplio espectro que cubren N. gonorrhoeae y C. trachomatis. El esquema recomendado es:


    • Ceftriaxona 250 mg IM en dosis única, más

    • Doxiciclina 100 mg VO cada 12 horas por 7 días[5][6]


  3. En casos de sospecha de linfogranuloma venéreo, se debe extender el tratamiento con doxiciclina a 21 días[5].

  4. Manejo sintomático del dolor y la inflamación.

  5. Educación al paciente sobre abstinencia sexual hasta completar el tratamiento y la importancia de evaluar y tratar a las parejas sexuales[4][6].

  6. Derivación a consulta especializada de enfermedades infecciosas o proctología para seguimiento.


Es fundamental realizar un diagnóstico diferencial adecuado, ya que los síntomas de la proctitis venérea pueden ser similares a los de la enfermedad inflamatoria intestinal[3]. Un abordaje integral y oportuno es esencial para prevenir complicaciones y reducir la transmisión de estas infecciones.


Citas:





 
 
 

Comentarios


bottom of page