MANUAL de MEDICINA DE EMERGENCIAS 2025
Síntomas
El síntoma principal del priapismo es una erección persistente y dolorosa que no está relacionada con el deseo sexual o la estimulación[4]. Los pacientes suelen experimentar:
Dolor intenso en el pene
Rigidez del pene, que puede ser parcial o completa
Incomodidad y ansiedad asociadas a la condición
En el caso del priapismo arterial o de alto flujo, la erección puede ser parcial, constante e indolora[2].
Signos clínicos
Los signos clínicos del priapismo varían según el tipo (isquémico o no isquémico) y pueden incluir:
Erección rígida y dolorosa en el priapismo isquémico.
Erección parcial y menos dolorosa en el priapismo no isquémico
Posible cambio de coloración del pene, indicando isquemia
Signos de ansiedad o agitación psicomotora[5]
Exploración
La exploración física es crucial para el diagnóstico y manejo del priapismo. El médico debe realizar:
Evaluación de la rigidez y dolor del pene.
Examen de los genitales, abdomen, ingle y perineo[1]
Palpación abdominal y suprapúbica para detectar masas o esplenomegalia.
Tacto rectal para evaluar la próstata y otras patologías[5]
Evaluación neurológica para descartar debilidad en extremidades inferiores o parestesias[5]
Pruebas diagnósticas
Para confirmar el diagnóstico y determinar el tipo de priapismo, se pueden realizar las siguientes pruebas:
Gasometría del cuerpo cavernoso : Se extrae una muestra de sangre del pene para analizar el contenido de oxígeno, lo que ayuda a diferenciar entre priapismo isquémico y no isquémico[1][2].
Análisis de sangre : Incluye hemograma completo y pruebas para detectar trastornos hematológicos como la anemia de células falciformes[4].
Ecografía Doppler del pene : Esta prueba no invasiva evalúa el flujo sanguíneo en los vasos del pene, ayudando a distinguir entre priapismo de alto y bajo flujo[4][5].
Análisis toxicológico : Se puede realizar un análisis de sangre u orina para detectar la presencia de drogas o medicamentos que puedan causar priapismo[1].
Resonancia magnética (RMN) o tomografía computarizada (TC) : Estas pruebas de imagen pueden ser necesarias en casos de sospecha de lesiones espinales o tumores[4].
Manejo de emergencias
El manejo del priapismo en el servicio de emergencias es crucial y debe ser rápido para prevenir daños permanentes. El enfoque terapéutico depende del tipo de priapismo:
Priapismo isquémico (bajo flujo) :
Aspiración de sangre de los cuerpos cavernosos seguida de irrigación con solución salina[1].
Inyección intracavernosa de agonistas alfa-adrenérgicos como la fenilefrina[7].
En casos refractarios, puede ser necesaria la intervención quirúrgica para crear una derivación[3].
Priapismo no isquémico (alto flujo) :
Generalmente se maneja de forma conservadora con aplicación de hielo y compresión del pene[2].
En casos persistentes, puede ser necesaria la embolización arterial selectiva[3].
Medidas generales :
Administración de analgésicos para el control del dolor.
Sedación leve si el paciente presenta ansiedad[7].
Hidratación y, en casos de anemia de células falciformes, posible transfusión sanguínea[3].
Es importante destacar que el tratamiento debe iniciarse lo antes posible, idealmente dentro de las primeras 24 horas del inicio de los síntomas, para maximizar las posibilidades de preservar la función eréctil[3].
El priapismo es una emergencia urológica que requiere un diagnóstico rápido y un manejo oportuno. La evaluación clínica cuidadosa, junto con las pruebas diagnósticas apropiadas, permite determinar el tipo de priapismo y guiar el tratamiento adecuado, con el objetivo de resolver la condición y prevenir complicaciones a largo plazo.
Citas
[4] https://www.msdmanuals.com/es-ec/hogar/trastornos-renales-y-del-tracto-urinario/síntomas-de-los-trastornos-del-riñón-y-de-las-vías-urinarias/erección-persistente
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