MANUAL DE EMERGENCIAS 2025
La preeclampsia y la eclampsia son trastornos hipertensivos del embarazo que representan una causa importante de morbimortalidad materna y fetal. Este artículo revisa los aspectos clave de estas condiciones, incluyendo sus manifestaciones clínicas, diagnóstico y manejo de emergencia.
Síntomas
La preeclampsia suele ser asintomática en sus etapas iniciales, pero a medida que progresa, los pacientes pueden experimentar:
Dolores de cabeza intensos[1][2]
Náuseas y vómitos[1][2]
Dolor abdominal, especialmente en el cuadrante superior derecho[1][2]
Cambios en la visión, como borrosa o puntos ciegos[1][2]
Hinchazón de manos y cara[1][2]
La eclampsia se caracteriza por la aparición de convulsiones generalizadas en una paciente con preeclampsia[3].
Signos clínicos
Los signos clínicos más relevantes incluyen:
Hipertensión arterial (≥140/90 mmHg)[3][4]
Proteinuria (>300 mg/24 horas o relación proteína/creatinina en orina ≥0,3)[3]
Edema, particularmente en cara y extremidades superiores[1][3]
Hiperreflexia[3]
En casos severos, pueden presentar signos de afectación multiorgánica[3][4]
Exploración
La evaluación clínica debe incluir:
Medición precisa de la presión arterial[3][4]
Evaluación neurológica para detectar hiperreflexia o alteraciones visuales[3]
Examen abdominal para detectar dolor en cuadrante superior derecho[3]
Evaluación del edema[1][3]
Auscultación pulmonar para detectar signos de edema pulmonar[3]
Evaluación del bienestar fetal mediante monitoreo de la frecuencia cardíaca fetal[4]
Pruebas diagnósticas
El diagnóstico se confirma mediante:
Análisis de orina para cuantificar proteinuria[3][4]
Hemograma completo con recuento de plaquetas[3][4]
Pruebas de función hepática (transaminasas, LDH)[3][4]
Pruebas de función renal (creatinina, ácido úrico)[3][4]
Estudios de coagulación[3]
Ecografía obstétrica para evaluar el crecimiento fetal y el volumen de líquido amniótico[4]
Doppler de arterias uterinas y umbilicales para evaluar el flujo sanguíneo placentario[4]
Manejo de emergencias
El manejo de emergencia de la preeclampsia severa y la eclampsia incluye:
Estabilización materna:
Control de la presión arterial con antihipertensivos intravenosos (hidralazina o labetalol)[4][6]
Prevención de convulsiones con sulfato de magnesio intravenoso[4][5][6]
Evaluación fetal:
Monitoreo continuo de la frecuencia cardiaca fetal[4]
Evaluación del bienestar fetal mediante ecografía y Doppler[4]
Manejo de fluidos:
Administración cuidadosa de fluidos intravenosos para evitar sobrecarga[6]
Decisión sobre el parto:
En casos de preeclampsia severa o eclampsia, se debe considerar la finalización del embarazo[4][5][6]
La vía de parto dependerá de las condiciones obstétricas y la edad gestacional[4]
Monitoreo continuo:
Vigilancia estrecha de signos vitales, equilibrio hídrico y función de órganos diana[3][4][6]
Manejo multidisciplinario:
Colaboración entre obstetras, intensivistas y neonatólogos[6]
El manejo oportuno y adecuado de la preeclampsia y la eclampsia es crucial para reducir las complicaciones maternas y fetales. El reconocimiento temprano de los signos y síntomas, junto con un enfoque multidisciplinario, son fundamentales para optimizar los resultados en estas condiciones potencialmente mortales.
Citas
[3] https://www.msdmanuals.com/es/professional/ginecología-y-obstetricia/complicaciones-prenatales/preeclampsia-y-eclampsia
Comments