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Porfiria

Actualizado: 12 dic 2024

MANUAL DE EMERGENCIAS 2025



La porfiria es un grupo de trastornos metabólicos hereditarios o adquiridos caracterizados por la deficiencia de enzimas involucradas en la biosíntesis del hemo[1][3]. Estos trastornos pueden manifestarse de diversas formas, afectando principalmente al sistema nervioso y la piel.


Síntomas


Los síntomas de la porfiria varían según el tipo específico, pero generalmente incluyen:


  • Dolor abdominal intenso y prolongado[1][4]

  • Náuseas y vómitos[1][4]

  • Estreñimiento o diarrea[1][4]

  • Debilidad muscular, especialmente en brazos y piernas[1][4]

  • Dolor de espalda o en las extremidades[4]

  • Alteraciones psiquiátricas como ansiedad, confusión o alucinaciones[1][4]

  • Sensibilidad a la luz solar, causando dolor, enrojecimiento y ampollas en la piel expuesta[4][5]


Signos clínicos


Los signos clínicos observables en pacientes con porfiria incluyen:


  • Taquicardia[1][4]

  • Hipertensión arterial[1][4]

  • Sudoración excesiva[6]

  • Cambios en la coloración de la orina (rojo o marrón)[1][4]

  • Lesiones cutáneas como ampollas, cicatrices y cambios de pigmentación en áreas expuestas al sol[4][5]

  • Hipertricosis (crecimiento excesivo de vello) en áreas afectadas[5]


Exploración


Durante la exploración física, el médico debe prestar atención a:


  • Evaluación del estado mental y nivel de conciencia[1]

  • Examen de la piel en busca de lesiones características[4][5]

  • Valoración de la fuerza muscular y reflejos tendinosos profundos[4]

  • Medición de la frecuencia cardíaca y presión arterial[1][4]

  • Palpación abdominal para evaluar dolor y distensión[1]


Pruebas diagnósticas


El diagnóstico de la porfiria se basa en una combinación de hallazgos clínicos y pruebas de laboratorio:


  • Análisis de orina para detectar niveles elevados de porfirinas y precursores (ácido delta-aminolevulínico y porfobilinógeno)[1][6]

  • Análisis de sangre para medir niveles de porfirinas y enzimas hepáticas[4][7]

  • Pruebas genéticas para identificar mutaciones específicas asociadas con diferentes tipos de porfiria[7]

  • Biopsia de piel en casos de porfiria cutánea[5]

  • Ecografía abdominal para descartar otras causas de dolor abdominal[4]


Manejo en Emergencias


El manejo de una crisis aguda de porfiria en el servicio de emergencias incluye:


  1. Administración de glucosa intravenosa para inhibir la producción de porfirinas[1][4]

  2. Tratamiento con hematina intravenosa para reducir la actividad de la enzima ALA sintasa[1][6]

  3. Control del dolor con analgésicos seguros (evitando medicamentos que puedan exacerbar la crisis)[1][4]

  4. Manejo de la hipertensión y taquicardia con betabloqueantes como propranolol[4]

  5. Corrección de desequilibrios electrolíticos, especialmente la hiponatremia[8]

  6. Tratamiento de las convulsiones si están presentes[4]

  7. Monitorización estrecha de la función respiratoria y soporte ventilatorio si es necesario[1]


Es crucial que el personal de emergencias reconozca rápidamente los signos y síntomas de la porfiria para iniciar el tratamiento adecuado y prevenir complicaciones potencialmente graves o irreversibles[8].


Citas


 
 
 

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