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La poliartritis es una condición caracterizada por la inflamación simultánea de cinco o más articulaciones. Puede ser una manifestación de diversas enfermedades subyacentes, tanto agudas como crónicas, y puede tener un origen autoinmune, infeccioso, o metabólico.
Causas
Las causas de la poliartritis son variadas y pueden incluir:
Enfermedades Autoinmunes:
Artritis reumatoide: Una enfermedad crónica que afecta principalmente a las articulaciones pequeñas.
Lupus eritematoso sistémico (LES): Enfermedad autoinmune que puede afectar múltiples sistemas, incluyendo las articulaciones.
Espondiloartritis: Incluye condiciones como la artritis psoriásica y la espondilitis anquilosante.
Artritis reactiva: Inflamación articular secundaria a una infección en otra parte del cuerpo.
Enfermedades Infecciosas:
Artritis séptica: Infección bacteriana que afecta múltiples articulaciones.
Fiebre reumática: Complicación inflamatoria secundaria a una infección por estreptococo.
Enfermedades Metabólicas:
Gota: Acumulación de cristales de ácido úrico en las articulaciones.
Pseudogota: Depósito de cristales de pirofosfato de calcio.
Enfermedades Degenerativas:
Osteoartritis: Aunque generalmente afecta una o pocas articulaciones, puede presentarse en múltiples articulaciones en casos avanzados.
Enfermedades Sistémicas:
Sarcoidosis
Enfermedad de Still del adulto
Síntomas y Signos Clínicos
Los síntomas y signos de la poliartritis pueden incluir:
Dolor articular: Dolor en múltiples articulaciones, que puede ser constante o intermitente.
Hinchazón: Inflamación visible y palpable de las articulaciones afectadas.
Rigidez: Especialmente notable por la mañana o después de periodos de inactividad.
Enrojecimiento y Calor: Las articulaciones pueden estar enrojecidas y calientes al tacto, lo que indica inflamación.
Fatiga: Sensación de cansancio extremo, común en enfermedades autoinmunes.
Deformidades articulares: En casos crónicos o mal tratados, pueden desarrollarse deformidades permanentes en las articulaciones.
Pruebas Diagnósticas
El diagnóstico de la poliartritis generalmente implica una combinación de:
Examen Físico: Evaluación clínica de las articulaciones afectadas.
Pruebas de Laboratorio:
Marcadores inflamatorios: VSG (velocidad de sedimentación globular) y PCR (proteína C reactiva).
Anticuerpos: Factor reumatoide (FR), anticuerpos anti-CCP (anti-péptido cíclico citrulinado), anticuerpos antinucleares (ANA).
Ácido úrico: Para evaluar hiperuricemia en sospecha de gota.
Cultivo de líquido sinovial: En casos de sospecha de artritis séptica.
Imágenes:
Radiografías: Para evaluar erosiones óseas o daño articular.
Ecografía articular: Para evaluar inflamación sinovial y daño en tejidos blandos.
Resonancia Magnética (RM): Útil para detectar inflamación y daño en etapas tempranas.
Tratamiento
El tratamiento de la poliartritis depende de la causa subyacente:
Fármacos Antiinflamatorios No Esteroideos (AINEs): Para aliviar el dolor y la inflamación.
Corticosteroides: En casos de inflamación severa, ya sea sistémicos o intraarticulares.
Fármacos Antirreumáticos Modificadores de la Enfermedad (FARME):
Metotrexato, Leflunomida: Utilizados en artritis reumatoide y otras condiciones autoinmunes.
Biológicos: Inhibidores de TNF, IL-6, u otros mediadores inflamatorios en casos más avanzados o refractarios.
Antibióticos: En caso de artritis séptica.
Colchicina: Para el tratamiento agudo de la gota y prevención en casos crónicos.
Modificación del estilo de vida: Incluye ejercicios de bajo impacto, control del peso y fisioterapia.
Pronóstico
El pronóstico de la poliartritis varía según la causa subyacente:
Artritis Reumatoide y otras enfermedades autoinmunes: Si se diagnostica y trata temprano, el control de la enfermedad es posible, aunque la remisión completa es menos común.
Artritis Séptica: Puede ser mortal si no se trata de inmediato, pero con un tratamiento oportuno, el pronóstico mejora.
Gota: Con tratamiento adecuado, la mayoría de los pacientes pueden manejar sus síntomas y prevenir ataques futuros.
Enfermedades crónicas: Pueden llevar a un deterioro progresivo de la función articular y calidad de vida si no se tratan adecuadamente.
En general, un diagnóstico y tratamiento temprano mejoran significativamente el pronóstico y la calidad de vida en pacientes con poliartritis.
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