MANUAL DE EMERGENCIAS 2024
Manejo de la Pitiriasis rosada
General: En la mayoría de las personas, la pitiriasis rosada es una enfermedad autolimitada que no requiere tratamiento específico. Es fundamental tranquilizar al paciente explicándole que la erupción tiende a empeorar antes de mejorar, con nuevas lesiones apareciendo hasta por 6 semanas, pero que generalmente se resuelve sola en un plazo de 2 a 3 meses, pudiendo llegar a extenderse hasta 5 meses.
Prurito: Si el prurito está presente, se puede ofrecer tratamiento sintomático. Se pueden recomendar:
Emolientes: Ayudan a suavizar la piel y reducir la irritación.
Corticosteroides tópicos: Se pueden usar cremas o ungüentos con corticosteroides de baja a moderada potencia (por ejemplo, hidrocortisona 1% o betametasona valerato 0.025%) para aliviar el picor, aplicados una o dos veces al día durante hasta 4 semanas, dependiendo de la gravedad del picor.
Antihistamínicos orales (off-label): En caso de prurito intenso que afecte el sueño, se puede usar un antihistamínico oral sedante (ej. clorfenamina) administrado por la noche.
Pacientes con pitiriasis rosada durante el embarazo: La pitiriasis rosada en las primeras 15 semanas del embarazo se asocia con un mayor riesgo de complicaciones, como abortos espontáneos y parto prematuro. Por lo tanto, si la enfermedad aparece en mujeres embarazadas, es crucial remitirlas a atención secundaria para manejo urgente y especializado.
Seguimiento: Después de que la erupción desaparece, algunos pacientes pueden experimentar hiperpigmentación o hipopigmentación en las áreas afectadas, lo que puede durar varios meses. Sin embargo, no se desarrolla cicatrización permanente. La recurrencia de la pitiriasis rosada es rara (aproximadamente en 1 de cada 50 personas).
Casos atípicos o graves: Si la presentación clínica es inusual o el prurito es muy severo y no se controla con los tratamientos habituales, se recomienda derivar al paciente a un dermatólogo para una evaluación más detallada y posible ajuste en el manejo. También se debe considerar la remisión en casos de formas extensas de la enfermedad.
Diagnóstico
El diagnóstico de la pitiriasis rosada es principalmente clínico, basado en la apariencia y distribución característica de las lesiones en la piel.
Lesiones individuales:
Las lesiones son múltiples, discretas, de color salmón o pardo, planas o ligeramente elevadas, con forma circular u ovalada. Tienen un diámetro típico de 0.5 a 1 cm y suelen presentar escamas leves, especialmente en el borde, con aclaramiento central. Esto da lugar a una apariencia de “collarete” periférico.
La erupción suele ser simétrica, afectando principalmente el tronco y las extremidades proximales, siendo poco común que aparezcan lesiones en los brazos y piernas distales (menos del 10% de los casos).
Distribución de las lesiones:
La erupción sigue una disposición característica en el tronco, alineándose con las líneas de clivaje de la piel (las líneas de tensión de la piel). En la espalda, esto produce un patrón de “árbol de Navidad”, mientras que en el pecho se observa un patrón en forma de “V”.
En los niños, las lesiones también pueden involucrar la cara y el cuero cabelludo.
Placa heraldo:
La enfermedad generalmente comienza con una “placa heraldo”, que es una lesión más grande (típicamente de 2 a 5 cm, aunque puede ser mayor) que precede a la erupción más extensa. Esta placa es bien delimitada, de forma redonda u ovalada, eritematosa y ligeramente elevada, con un borde escamoso (collarete). Suele aparecer en el tronco, muslos, brazos superiores o cuello, aunque puede surgir en cualquier parte del cuerpo.
El intervalo entre la aparición de la placa heraldo y la erupción generalizada es de 5 a 15 días, aunque puede ser más corto o más largo.
Variantes atípicas:
Pitiriasis rosada inversa: Afecta principalmente las extremidades, con poco o ningún compromiso del tronco.
Pitiriasis (rosea) circinata et marginata de Vidal: Presenta pocas placas grandes y localizadas, que pueden persistir durante varios meses.
Pitiriasis gigantea: Las lesiones son más grandes y menos numerosas.
También se han descrito formas pustulosas, purpúricas, hemorrágicas, vesiculares, papulares o urticariales.
Síntomas sistémicos: En la mayoría de los casos, no hay síntomas sistémicos durante la erupción generalizada. Sin embargo, algunas personas pueden haber tenido una infección del tracto respiratorio superior antes de la aparición del sarpullido.
Exclusión de otras causas: Es importante considerar otras enfermedades que pueden simular la pitiriasis rosada, como el VIH o la sífilis secundaria, especialmente si el cuadro clínico es atípico o persiste por más de 12 semanas. Si es necesario, se deben realizar investigaciones adicionales o remitir al paciente para una evaluación más detallada.
Diagnóstico Diferencial
Psoriasis guttata: Suele confundirse con la pitiriasis rosada. Se caracteriza por pápulas pequeñas, redondeadas u ovaladas, de 2 mm a 1 cm, rosadas o rojas, con escamas. Las lesiones aparecen sobre todo en el tronco y las extremidades proximales.
Eccema numular: Placas en forma de moneda, extremadamente pruriginosas, que pueden ser vesiculares o costrosas, localizándose principalmente en las extremidades, aunque también pueden afectar el tronco.
Reacciones medicamentosas: Diversos fármacos, como los inhibidores de la ECA, betabloqueadores, lamotrigina, entre otros, pueden provocar erupciones similares a la pitiriasis rosada.
Seroconversión del VIH: Presenta una erupción maculopapular simétrica que afecta la cara, el tronco, las extremidades, y en ocasiones las palmas de las manos y plantas de los pies.
Líquen plano: Pápulas pruriginosas, brillantes y violáceas, con bordes planos, generalmente localizadas en las superficies flexoras de las muñecas, región lumbar y tobillos. Las estrías de Wickham (líneas blancas) pueden estar presentes en la mucosa bucal.
Pitiriasis versicolor: Manchas redondas u ovales con una fina escama que se localizan en el tronco, pecho y brazos. Las lesiones pueden ser de varios colores, desde fawn a rosado, marrón o casi blanco.
Tinea corporis: Lesiones bien delimitadas, eritematosas, y escamosas que se agrandan gradualmente, con bordes elevados o escamosos y aclaramiento central.
Sífilis secundaria: Presenta una erupción maculopapular no pruriginosa, que puede generalizarse o afectar solo las palmas de las manos y plantas de los pies.
Otras condiciones: Incluyen eritema multiforme, lupus eritematoso subagudo, granuloma anular y la enfermedad de Lyme.
Definición
La pitiriasis rosada es una erupción cutánea autolimitada que afecta principalmente a adultos jóvenes. Se caracteriza por lesiones escamosas eritematosas y, en algunos casos, por una “placa heraldo” que aparece 5 a 15 días antes de la erupción generalizada. Aunque su causa exacta es desconocida, se ha sugerido una posible asociación con infecciones virales como el virus del herpes humano.
La enfermedad afecta principalmente a personas entre los 10 y 35 años, siendo algo más frecuente en mujeres, y tiene una mayor incidencia en climas templados durante los meses de invierno.
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