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Piojos

MANUAL DE EMERGENCIAS 2025



Los piojos (Pediculus humanus capitis) son ectoparásitos hematófagos que infestan el cuero cabelludo humano. Esta infestación, conocida como pediculosis capitis, es una condición común, especialmente entre niños en edad escolar[1][4].


Síntomas


Los síntomas más frecuentes de la pediculosis capitis incluyen:


  • Prurito intenso en el cuero cabelludo, particularmente en la nuca y detrás de las orejas[1][9]


  • Sensación de cosquilleo o movimiento en el cabello[9]


  • Irritabilidad y dificultad para dormir, ya que los piojos son más activos en la oscuridad[8]


  • En algunos casos, los pacientes pueden ser asintomáticos, especialmente en las etapas iniciales de la infestación[8]


Signos clínicos


Los signos clínicos observables en la pediculosis capitis son:


  • Presencia de piojos adultos o ninfas en el cuero cabelludo[1]


  • Liendres (huevos de piojos) adheridas firmemente a los tallos del cabello, especialmente cerca del cuero cabelludo[1][9]


  • Excoriaciones en el cuero cabelludo debido al rascado[7]


  • Ocasionalmente, adenopatías cervicales posteriores[7]


  • En infestaciones prolongadas, pueden aparecer máculas cerúleas (manchas azul-grisáceas) en el tronco, inglés y muslos[7]


Exploración


La exploración para detectar piojos debe ser meticulosa e incluir:


  • Inspección visual detallada del cuero cráneo, prestando especial atención a la nuca y detrás de las orejas[8]


  • Uso de una lupa para facilitar la visualización de piojos y liendres[9]


  • Separación del cabello en secciones pequeñas para examinar el cuero cabelludo y los tallos del cabello[9]


  • Búsqueda de signos de rascado o infección secundaria en el cuero cabelludo[9]


Pruebas diagnósticas


El diagnóstico de la pediculosis capitis se basa principalmente en la identificación visual de piojos vivos o liendres viables. Las pruebas diagnósticas incluyen:


  • Cepillado del cabello húmedo con un peine de dientes finos (lendrera) para detectar piojos y ninfas[7]


  • Examen microscópico de las muestras obtenidas para confirmar la presencia de piojos o liendres viables[6]


  • En casos dudosos, se puede utilizar una lámpara de Wood para facilitar la visualización de los liendres[7]


Manejo de emergencias


Aunque la pediculosis capitis rara vez requiere atención de emergencia, el manejo inicial puede incluir:


  1. Confirmación del diagnóstico mediante la identificación de piojos vivos o liendres viables[9]


  2. Educación al paciente y familiares sobre el ciclo de vida del piojo y las medidas de prevención de la transmisión[8]


  3. Prescripción de tratamiento pediculicida tópico, como permetrina al 1% o malatión[4][7]


  4. Instrucciones sobre la aplicación correcta del tratamiento y la necesidad de repetirlo después de 7-10 días[7]


  5. Recomendación de medidas complementarias, como el lavado de ropa y ropa de cama a alta temperatura[9]


  6. En casos de infección secundaria, evaluación de la necesidad de antibióticos tópicos o sistémicos[9]


  7. Programación de seguimiento para evaluar la eficacia del tratamiento y descartar reinfestación[7]


Es importante destacar que la pediculosis capitis no es un indicador de falta de higiene y no transmite enfermedades. El manejo y adecuado es crucial para prevenir la propagación y aliviar los síntomas asociados[8].


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