MANUAL MINORS
Las picaduras de peces pueden ocurrir por contacto accidental o intencionado con peces venenosos o depredadores, como los peces escorpión, peces piedra, peces león, o tiburones.
Estas picaduras pueden provocar desde lesiones leves hasta heridas graves y envenenamientos. Las toxinas de los peces venenosos causan dolor intenso, hinchazón y, en algunos casos, síntomas sistémicos como dificultad para respirar, calambres musculares o shock.
Diagnóstico
El diagnóstico se basa en el contexto del accidente, generalmente durante actividades acuáticas o buceo, junto con dolor severo, hinchazón y enrojecimiento en el área de la picadura. En el caso de peces venenosos, los síntomas aparecen rápidamente, con dolor intenso que puede irradiarse y afectar áreas distantes.
La exploración física puede revelar laceraciones, espinas incrustadas o marcas de mordedura. En casos graves, el paciente puede presentar síntomas sistémicos como náuseas, mareos, dificultad para respirar o hipotensión.
Diagnóstico diferencial
Condición | Diferencia clave |
---|---|
Picadura de medusa | Lesiones urticantes lineales sin laceraciones profundas ni espinas incrustadas. |
Herida cortante en el agua | Laceración limpia por contacto con objetos afilados bajo el agua, sin veneno ni síntomas sistémicos. |
Reacción alérgica | Hinchazón y enrojecimiento cutáneo, pero sin antecedente de picadura de pez. |
Infección por bacterias marinas | Herida infectada con enrojecimiento progresivo, pero sin dolor inmediato intenso ni veneno. |
Manejo en Emergencias
En urgencias, el manejo inmediato incluye la limpieza de la herida con agua de mar o suero fisiológico y la retirada de cualquier espina o cuerpo extraño visible utilizando pinzas. Para las picaduras de peces venenosos, sumergir la zona afectada en agua caliente (42-45°C) durante 30-90 minutos puede aliviar el dolor y neutralizar las toxinas. Se administran analgésicos como AINEs u opioides para el control del dolor severo, y se pueden prescribir antihistamínicos para reducir la respuesta inflamatoria.
Si el paciente muestra signos de toxicidad sistémica, como dificultad respiratoria, calambres musculares o shock, es fundamental estabilizar las funciones vitales con líquidos intravenosos, oxígeno y vigilancia hospitalaria. Si existe un riesgo de infección, especialmente en heridas abiertas, se deben administrar antibióticos para cubrir bacterias marinas, como Vibrio.
Tratamiento Definitivo
El tratamiento definitivo depende de la gravedad de la lesión. En heridas superficiales, el manejo sintomático y la limpieza adecuada de la herida suelen ser suficientes. Las laceraciones más profundas pueden requerir suturas y antibióticos profilácticos.
Envenenamientos graves o complicaciones sistémicas pueden requerir hospitalización prolongada y monitoreo, con el uso de sueros antiveneno si están disponibles para ciertas especies. El seguimiento también incluye la vigilancia de infecciones y la posible necesidad de intervención quirúrgica si hay tejido necrosado o daño estructural significativo.
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