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Parálisis cerebral – infección respiratoria

MANUAL DE PEDIATRÍA



Infección torácica (neumonía) en niños con parálisis cerebral


Las infecciones respiratorias son la causa más común de hospitalización en niños con parálisis cerebral.


Factores predisponentes a neumonía en parálisis cerebral


  • Parálisis seudobulbar que favorece la aspiración de saliva, alimentos o líquidos


  • Aumento de secreciones


  • Tos inefectiva


  • Reflujo gastroesofágico


  • Movilidad reducida


  • Escoliosis severa


  • Desnutrición


  • Colonización crónica de vías respiratorias por bacterias patógenas


  • Alteración en la protección de la vía aérea por fluctuaciones en el nivel de conciencia (puede deberse a fármacos como benzodiacepinas)


Los agentes causales son similares a los que afectan a otros niños.

Considerar gérmenes anaerobios si hay sospecha de aspiración.

Evaluación


Las características clínicas y la evaluación de las infecciones respiratorias en niños con parálisis cerebral no difieren de las de otros niños, aunque estos pueden deteriorarse rápidamente y pueden requerir mayores niveles de soporte.


Historia clínica – aspectos clave en niños con parálisis cerebral


  • Fiebre o hipotermia


  • Apnea


  • Vómitos o incapacidad para mantener el régimen habitual de alimentación


  • Riesgo de aspiración


  • Cambio en el nivel de conciencia basal


  • Mayor necesidad de oxígeno o de aspiración de secreciones


Factores de riesgo para enfermedad respiratoria grave


  • Ingreso previo a UCI por neumonía


  • Insuficiencia respiratoria preexistente


  • Soporte respiratorio no invasivo domiciliario


  • Escoliosis


  • Incremento en la actividad convulsiva (si tiene epilepsia diagnosticada)


Examen físico


  • Niño con aspecto decaído o letárgico


  • Signos de obstrucción de vía aérea superior


  • Aumento del trabajo respiratorio (puede empeorar con distonía)


Evaluación de la gravedad


Considerar neumonía grave si hay deterioro rápido y/o se presentan:


  • Dificultad respiratoria severa


  • Taquicardia marcada


  • Hipoxemia severa o cianosis


  • Disminución del nivel de conciencia (o alteración del estado basal)


  • Aumento en los requerimientos de soporte respiratorio


Manejo


La evaluación y el tratamiento deben seguir la guía estándar de neumonía, pero teniendo en cuenta que estos niños pueden deteriorarse rápidamente y requerir más soporte.


  • Iniciar antibióticos de forma más precoz en niños con parálisis cerebral severa


  • Bajo umbral para hospitalización


  • Las radiografías de tórax pueden ser difíciles de interpretar si hay escoliosis; comparar con estudios previos puede ser útil


Consideraciones clave


Informar de forma temprana al especialista o a la unidad de cuidados intensivos si:


  • Hay insuficiencia respiratoria aguda


  • Dificultad respiratoria severa


  • Requiere oxígeno con FiO₂ > 50% (más de 6 L/min) o aumento del soporte respiratorio habitual


  • Niño con factores de riesgo de enfermedad grave


Antibióticos


  • La penicilina brinda cobertura adecuada contra bacterias anaerobias en casos de aspiración


  • Considerar Oseltamivir si hay sospecha de infección por influenza


Posicionamiento


  • Si hay escoliosis significativa, mantener al niño sentado, con el pulmón mejor ventilado hacia arriba


  • Considerar uso de cánulas nasofaríngeas en parálisis cerebral severa y obstrucción de vía aérea superior (especialmente si hay somnolencia o hipoxemia)


Oxígeno


  • Administrar si la saturación de oxígeno es <90% en aire ambiente


  • Usar oxígeno humidificado si es posible


Salbutamol


  • Considerar prueba con Salbutamol si hay evidencia de broncoespasmo (sibilancias, hiperinsuflación); reevaluar respuesta


Secreciones


  • Nebulización con solución salina (5 mL de NaCl 0.9%) puede ayudar a movilizar secreciones


  • Aspiración orofaríngea si el niño no puede eliminar las secreciones oralmente


  • La fisioterapia respiratoria es útil cuando hay secreciones abundantes en vía aérea o consolidación localizada


  • Cuidado con anticolinérgicos como glicopirrolato, que espesan las secreciones. Puede ser necesario reducirlos durante la enfermedad aguda. Consultar con el equipo médico


Alimentación


  • Suspender la alimentación si hay dificultad respiratoria moderada o severa


  • Administrar líquidos enterales o intravenosos al 66% del requerimiento de mantenimiento, salvo que el niño esté deshidratado


Consulta con equipo pediátrico local cuando:


  • El niño requiere hospitalización


Considerar traslado cuando:


  • Neumonía grave o complicada


  • Necesidad de FiO₂ > 50% (más de 6 L/min)


  • Requiere atención más allá de las capacidades del hospital local

 
 
 

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