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Otros Problemas de Rodilla

MANUAL DE EMERGENCIAS MENORES



La rodilla es una de las articulaciones más grandes y complejas del cuerpo, y es susceptible a diversas lesiones y afecciones debido a su papel en el soporte del peso corporal y la facilitación del movimiento.


Los problemas de rodilla pueden ser causados por traumatismos agudos, sobreuso o procesos degenerativos, afectando los huesos, ligamentos, tendones, cartílagos o bursas. Los síntomas típicos incluyen dolor, hinchazón, inestabilidad y dificultad para mover la rodilla.


Diagnóstico


El diagnóstico de los problemas de rodilla depende de una historia clínica detallada, examen físico y estudios por imágenes. La evaluación clínica incluye pruebas de estabilidad, palpación de estructuras dolorosas y observación del rango de movimiento. Las radiografías, la resonancia magnética (RM) y las ecografías son fundamentales para evaluar daños estructurales.


Diagnóstico Diferencial


Condición

Diferenciación Clave

Artrosis de Rodilla

Dolor crónico, rigidez matutina, empeora con el ejercicio, signos radiológicos de desgaste

Tendinitis Rotuliana

Dolor anterior debajo de la rótula, especialmente con actividad física

Bursitis Prepatelar

Hinchazón en la parte frontal de la rodilla, sin inestabilidad

Lesión Meniscal

Dolor en la línea articular, bloqueo de rodilla, sonidos de clic

Síndrome de la Banda Iliotibial

Dolor lateral en la rodilla, especialmente al correr o realizar actividades repetitivas

Fractura de Rótula

Dolor intenso tras trauma directo, confirmado por radiografía

Manejo de Emergencia


En situaciones de emergencia, el manejo de los problemas de rodilla incluye el alivio del dolor, la reducción de la inflamación y la estabilización de la articulación si existe riesgo de daño adicional. Se recomienda el protocolo RICE: reposo, aplicación de hielo, compresión con vendaje elástico y elevación de la pierna afectada.


Los analgésicos y los medicamentos antiinflamatorios no esteroideos (AINEs) se administran según la intensidad del dolor. En casos de inestabilidad o sospecha de fractura, la articulación puede ser inmovilizada y el paciente debe ser derivado al servicio de ortopedia para una evaluación más detallada.


Tratamiento Definitivo


El tratamiento definitivo varía según el diagnóstico específico. En condiciones como la artrosis o la tendinitis, se pueden emplear terapias conservadoras como fisioterapia, fortalecimiento muscular, inyecciones de esteroides o ácido hialurónico, y modificaciones en la actividad física. En lesiones traumáticas graves como fracturas o desgarros ligamentarios, a menudo se requiere tratamiento quirúrgico, seguido de una rehabilitación intensiva.

 
 
 

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