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Miositis osificante

Foto del escritor: EmergenciasUNOEmergenciasUNO

Actualizado: 17 sept 2024

MANUAL MINORS



La miositis osificante es una afección en la que el tejido muscular y conectivo se transforma en hueso (osificación) después de un trauma, como una contusión o desgarro muscular. Ocurre más comúnmente en grandes músculos de las extremidades, como los cuádriceps o los músculos del brazo, y se caracteriza por la formación de hueso en áreas que previamente eran solo tejido blando. Este proceso es doloroso y puede limitar la movilidad de la zona afectada.


Diagnóstico


El diagnóstico se basa en el historial de un trauma previo, seguido de dolor persistente, hinchazón y restricción del movimiento en el área afectada. Con el tiempo, la masa ósea puede palparse. Las radiografías revelan la presencia de hueso dentro del músculo aproximadamente 3-4 semanas después de la lesión. La ecografía y la resonancia magnética (RM) pueden ser útiles en las fases tempranas para identificar la inflamación y cambios en los tejidos blandos.


Diagnóstico diferencial

Condición

Diferencia clave

Osteosarcoma

Tumor óseo maligno, de crecimiento más agresivo, sin relación a trauma previo.

Hematoma intramuscular

Masa dolorosa postraumática, pero sin formación ósea en las radiografías.

Celulitis

Infección de tejidos blandos sin formación ósea ni relación con traumatismo.

Fibrosis muscular

Rigidez muscular, pero sin evidencia radiológica de osificación.

Manejo en Emergencias


En el entorno de urgencias, el manejo inicial consiste en aliviar el dolor con analgésicos y antiinflamatorios no esteroideos (AINEs). Se recomienda inmovilizar la zona afectada temporalmente y evitar intervenciones quirúrgicas prematuras, ya que la manipulación temprana puede empeorar la osificación. Es importante realizar una derivación temprana a ortopedia para un manejo adecuado y seguimiento a largo plazo.


Tratamiento Definitivo


El tratamiento definitivo es principalmente conservador. Incluye fisioterapia para mantener el rango de movimiento y prevenir la rigidez articular, aunque el ejercicio debe ser moderado para no agravar la osificación. En algunos casos, se pueden usar AINEs a largo plazo para controlar la inflamación.


La cirugía para extirpar el hueso ectópico solo se considera si la osificación es extensa y provoca limitación severa de la función o dolor persistente. Generalmente, la cirugía se retrasa hasta que el hueso ectópico ha madurado, lo que puede tomar entre 6 y 12 meses.

 
 
 

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