MANUAL DE EMERGENCIAS 2025
La meningitis viral es una inflamación de las meninges, las membranas que recubren el cerebro y la médula espinal, causada por diversos agentes virales. Esta condición representa una causa significativa de morbilidad, siendo más frecuente que la meningitis bacteriana en el mundo occidental[1][2].
Los virus son la principal causa de meningitis en adultos en países desarrollados. Los agentes etiológicos más comunes incluyen:
Enterovirus (EV)
Virus del herpes simple tipo 2 (VHS-2)
Virus varicela-zóster (VZV)[1][5]
Sin embargo, en aproximadamente el 50-60% de los casos sospechosos de meningitis viral, la causa específica permanece sin identificar[5].
Síntomas
Los síntomas de la meningitis viral suelen desarrollarse de forma aguda y pueden incluir:
Fiebre
Cefalea frontal o retroorbitaria intensa
Fotofobia
Rigidez de nuca
General de Malestar
Náuseas y vómitos
Fatiga
Alteraciones del estado mental (menos frecuentes que en la meningitis bacteriana)[1][3]
En algunos casos, puede presentarse un curso bifásico de la enfermedad[2].
Signos
Durante el examen físico, los signos clínicos más relevantes son:
Fiebre
Rigidez de nuca
Signos de Kernig y Brudzinski positivos
Fotofobia
Alteración del estado de conciencia (en casos graves)
Exantema (en algunos casos específicos, como la infección por enterovirus)[1][3]
Exploración
La exploración neurológica debe ser minuciosa e incluir:
Evaluación del nivel de conciencia
Examen de pares craneales
Valoración de la fuerza y sensibilidad.
Reflejos osteotendinosos
Signos de focalidad neurológica
Evaluación de signos meníngeos[3][4]
Pruebas Diagnósticas
El diagnóstico definitivo de la meningitis viral requiere:
Punción lumbar: Es la prueba estándar de oro. El líquido cefalorraquídeo (LCR) muestra aproximadamente:
Pleocitosis linfocitaria (25-500 células/μl)
Proteínas ligeramente elevadas (20-80 mg/100ml)
Glucosa normal[2][4]
Técnicas de amplificación de ácidos nucleicos (TAAN):
Reacción en cadena de la polimerasa (PCR) en LCR para detectar virus específicos[2][4]
Pruebas serológicas:
Detección de anticuerpos en sangre o LCR[2]
Estudios de neuroimagen:
Tomografía computarizada (TC) o resonancia magnética (RM) cerebral para descartar complicaciones o diagnósticos alternativos[3][4]
Manejo de emergencias
El manejo inicial en el servicio de emergencias debe incluir:
Evaluación rápida del estado general y neurológico del paciente.
Estabilización hemodinámica si es necesaria.
Obtención de muestras para cultivos (sangre y LCR) antes de iniciar cualquier tratamiento antimicrobiano.
Realización de punción lumbar, previa TC cerebral si hay signos de hipertensión intracraneal o focalidad neurológica.
Inicio de tratamiento sintomático:
Analgésicos para el control del dolor y la fiebre.
Antieméticos si hay náuseas o vómitos.
Hidratación adecuada
En casos de sospecha de meningitis herpética, inicie aciclovir empírico mientras se esperan los resultados de la PCR.
Monitorización estrecha de signos vitales y estado neurológico.
Aislamiento del paciente hasta descartar etiologías transmisibles[1][3][4].
La meningitis viral generalmente tiene un curso benigno y autolimitado, con resolución de los síntomas en 7-10 días. Sin embargo, es crucial un diagnóstico y manejo adecuado para prevenir complicaciones y proporcionar el tratamiento específico cuando sea necesario[1][3].
Citas
[2] https://www.elsevier.es/es-revista-enfermedades-infecciosas-microbiologia-clinica-28-articulo-virologia-diagnostico-sindromico-meningitis-encefalitis-S0213005X20300343
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