Meningitis
- EmergenciasUNO
- 29 nov 2024
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MANUAL DE EMERGENCIAS 2025
La meningitis es una inflamación de las membranas que recubren el cerebro y la médula espinal, conocidas como meninges. Esta condición puede ser causada por diversos agentes infecciosos, principalmente bacterias y virus, aunque también pueden ser responsables de hongos y parásitos[1][3]. A continuación, se detallan los aspectos más relevantes de esta enfermedad:
Síntomas
Los síntomas de la meningitis pueden variar según la edad del paciente y la causa subyacente, pero generalmente incluyen:
Fiebre alta repentina
Dolor de cabeza intenso
Rigidez en el cuello
Náuseas y vómitos
Sensibilidad a la luz (fotofobia)
Confusión o alteraciones del estado mental.
Somnolencia o dificultad para despertarse
Falta de apetito[3][6]
En bebés y niños pequeños, los síntomas pueden ser menos específicos e incluyen irritabilidad, llanto inconsolable, rechazo a la alimentación y fontanela abultada[3][6].
Signos clínicos
Los signos clínicos más característicos de la meningitis incluyen:
Rigidez de nuca
Signo de Kernig positivo (dolor al extender la pierna con la cadera flexionada)
Signo de Brudzinski positivo (flexión involuntaria de las piernas al flexionar el cuello)
Alteración del nivel de conciencia
Convulsiones
Erupción cutánea petequial o purpúrica (en casos de meningitis meningocócica)[1][6]
Exploración
La exploración física en casos de sospecha de meningitis debe incluir:
Evaluación del estado mental y nivel de conciencia.
Búsqueda de signos de irritación meníngea (rigidez de nuca, signos de Kernig y Brudzinski)
Examen de fondo de ojo para detectar edema de papila.
Evaluación de signos neurológicos focales.
Inspección de la piel en busca de erupciones características.
Medición de signos vitales, incluyendo temperatura, frecuencia cardíaca y presión arterial[2][4].
Pruebas diagnósticas
El diagnóstico definitivo de la meningitis se basa en el análisis del líquido cefalorraquídeo (LCR) mediante punción lumbar obtenida. Las pruebas diagnósticas incluyen:
Punción lumbar y análisis del LCR:
Recuento celular y diferencial
Medición de glucosa y proteínas.
Tinción de gramo
Cultivo y antibiograma
Hemocultivos
Prueba de imagen:
Tomografía computarizada (TC) o resonancia magnética (RM) cerebral (si se sospecha aumento de la presión intracraneal)
Pruebas moleculares:
Reacción en cadena de la polimerasa (PCR) para identificación rápida de patógenos
Pruebas serológicas para detectar anticuerpos específicos[2][4][7]
Manejo de emergencias
El manejo de la meningitis en el servicio de emergencias es crucial y debe seguir estos pasos:
Evaluación rápida del paciente y estabilización de signos vitales.
Obtención de muestras para hemocultivos antes de iniciar antibióticos.
Inicio de inmediato de antibioticoterapia empírica de amplio espectro, sin esperar los resultados de las pruebas diagnósticas en casos de sospecha de meningitis bacteriana.
Administración de corticosteroides (dexametasona) antes o junto con la primera dosis de antibióticos para reducir la inflamación y el riesgo de complicaciones.
Realización de punción lumbar, si no está contraindicada, para obtener LCR.
Manejo de las complicaciones, como convulsiones o aumento de la presión intracraneal.
Monitorización estrecha de los signos vitales y el estado neurológico.
Aislamiento del paciente en casos de meningitis meningocócica hasta 24 horas después del inicio del tratamiento antibiótico efectivo[2][5][8]
Es fundamental recordar que la meningitis bacteriana es una emergencia médica que requiere un diagnóstico y tratamientos rápidos para prevenir complicaciones graves y potencialmente mortales. La pronta administración de antibióticos puede salvar vidas y reducir el riesgo de secuelas neurológicas a largo plazo[5][8].
Citas
[2] https://www.msdmanuals.com/es/professional/trastornos-neurológicos/meningitis/meningitis-bacteriana-aguda
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