MANUAL DE EMERGENCIAS 2025
El parto en emergencias es una situación que requiere una atención rápida y eficaz para garantizar la seguridad de la madre y el recién nacido. Este artículo aborda los aspectos clave del manejo de un parto en emergencias, incluyendo síntomas, signos clínicos, exploración, pruebas diagnósticas y manejo en el servicio de emergencias.
Síntomas
Los síntomas que indican un parto inminente incluyen:
Contracciones uterinas regulares, cada vez más frecuentes e intensas[1][5]
Sensación de presión en la pelvis o necesidad de pujar[4]
Rotura de la bolsa amniótica, que puede manifestarse como un chorro de líquido o una pérdida constante[9]
Dolor abdominal o lumbar intenso[4]
Signos clínicos
Los signos clínicos que sugieren un parto en curso son:
Dilatación y borramiento del cuello uterino[4]
Descenso de la presentación fetal[4]
Sangrado vaginal leve (tapón mucoso)[1]
Cambios en la frecuencia cardíaca fetal[4]
Exploración
La exploración en un parto de emergencia debe incluir:
Evaluación de los signos vitales maternos[3]
Palpación abdominal para determinar la posición fetal (maniobras de Leopold)[9]
Examen pélvico para evaluar la dilatación cervical y la presentación fetal[4]
Auscultación de la frecuencia cardíaca fetal[9]
Pruebas diagnósticas
Aunque en una situación de emergencia el tiempo es limitado, algunas pruebas diagnósticas pueden ser útiles:
Monitorización electrónica fetal, si está disponible[9]
Ecografía rápida para confirmar la posición fetal y la placenta[4]
Análisis de orina para descartar infecciones[6]
Manejo en Emergencias
El manejo de un parto en emergencias debe seguir estos pasos:
Evaluar rápidamente la situación y solicitar ayuda adicional si es necesario[2][5].
Asegurar un ambiente lo más limpio y cómodo posible para la madre[2][7].
Monitorizar los signos vitales maternos y la frecuencia cardíaca fetal[3][9].
Canalizar una vía intravenosa para administrar fluidos si es necesario[8].
Preparar el equipo básico para la atención del parto y del recién nacido[2].
Guiar a la madre durante el proceso de parto, animándola a adoptar la posición más cómoda[7].
Durante el expulsivo, proteger el periné para prevenir desgarros[5].
Una vez nacido el bebé, secar y estimular al recién nacido, asegurando su termorregulación[7].
Realizar el pinzamiento tardío del cordón umbilical, si es posible[7].
Favorecer el contacto piel con piel entre la madre y el recién nacido[7].
Manejar activamente el alumbramiento para prevenir la hemorragia postparto[1][8].
Evaluar y reparar posibles desgarros perineales[5].
Trasladar a la madre y al recién nacido a un centro hospitalario para su evaluación posterior[7].
El manejo de un parto en emergencias requiere una actuación rápida, sistemática y basada en la evidencia. Es fundamental que los profesionales de emergencias estén capacitados para reconocer los signos de un parto inminente y proporcionar una atención adecuada tanto a la madre como al recién nacido. La preparación y el entrenamiento continuo son esenciales para garantizar los mejores resultados en estas situaciones críticas.
Citas
[3]https://unisalud.unicauca.edu.co/unisalud/sites/default/files/atencion_de_emergencias_obstetricas.docx.pdf
[5] https://www.elsevier.es/es-revista-medicina-familia-semergen-40-articulo-atencion-al-parto-extrahospitalario-S1138359315001483
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