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Manejo de la paciente embarazada accidentada

Actualizado: 12 dic 2024

MANUAL DE EMERGENCIAS 2025



El manejo de la paciente embarazada accidentada representa un desafío único para los profesionales de la salud, ya que implica la atención simultánea de dos pacientes: la madre y el feto. La prioridad inicial debe ser la estabilización materna, ya que el bienestar fetal depende directamente de la supervivencia de la madre[1][2].


Síntomas


Los síntomas que puede presentar una paciente embarazada accidental incluyen:


  • Dolor abdominal intenso

  • Náuseas y vómitos

  • Mareos o perdida de conciencia

  • Dificultad respiratoria

  • Ansiedad y preocupación por el bienestar fetal[1][3]


Es importante tener en cuenta que, debido a los cambios fisiológicos del embarazo, algunos síntomas de shock pueden aparecer de forma tardía[4].


Signos clínicos


Los signos clínicos a evaluar en una paciente embarazada accidentada son:


  • Signos vitales alterados (frecuencia cardíaca, presión arterial, frecuencia respiratoria)

  • Sangrado vaginal

  • Contracciones uterinas

  • Pérdida de líquido amniótico

  • Disminución o ausencia de movimientos fetales.

  • Signos de trauma externo (contusiones, laceraciones, fracturas)[1][3][5]


Exploración


La exploración de la paciente embarazada accidentada debe incluir:


  • Evaluación primaria siguiendo el protocolo ABCDE (vía aérea, respiración, circulación, déficit neurológico, exposición)

  • Examen físico completo, prestando especial atención al abdomen y pelvis.

  • Evaluación obstétrica: altura uterina, tono uterino, posición fetal

  • Exploración vaginal (preferiblemente realizada por un obstetra) para valorar dilatación cervical, sangrado o salida de líquido amniótico[1][3][6]


Pruebas diagnósticas


Las pruebas diagnósticas recomendadas incluyen:


  • Ecografía abdominal y pélvica para evaluar la integridad placentaria y el bienestar fetal.

  • Monitorización fetal continua (a partir de las 23-24 semanas de gestación)

  • Analítica sanguínea completa, incluyendo pruebas de coagulación y grupo sanguíneo.

  • Prueba de Kleihauer-Betke para detectar hemorragia feto-materna.

  • Radiografías o TAC según sea necesario, con protección abdominal adecuada[1][3][7]


Manejo de emergencias


El manejo en emergencias de la paciente embarazada accidentada debe seguir estos pasos:


  1. Estabilización materna siguiendo el protocolo ABCDE.

  2. Colocación del paciente en decúbito lateral izquierdo para evitar la compresión aorto-cava (si la edad gestacional es mayor de 20 semanas)[1][3].

  3. Administración de oxígeno suplementario.

  4. Canalización de dos vías venosas periféricas de gran calibre.

  5. Reanimación con fluidos, teniendo en cuenta que los signos de shock pueden aparecer tardíamente debido a la hipervolemia del embarazo[4].

  6. Evaluación del bienestar fetal mediante monitorización continua (si la edad gestacional lo permite).

  7. Administración de inmunoglobulina anti-D en pacientes Rh negativos[3].

  8. Tratamiento específico de las lesiones traumáticas.

  9. Valoración de la necesidad de cesárea de emergencia en casos de compromiso fetal grave o inestabilidad materna que no responde a la reanimación[1][3].

  10. Traslado a un centro de atención hospitalario de tercer nivel con capacidad para obstétrica y neonatal de alta complejidad, si es necesario[3].


Es fundamental un abordaje multidisciplinario que incluya emergenciólogos, obstetras, cirujanos y neonatólogos para optimizar el manejo de estos pacientes complejos[1][2]. La reevaluación periódica es crucial, ya que las complicaciones pueden desarrollarse de forma tardía, incluso en casos aparentemente leves[3][5].


Citas


 
 
 

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