Luxación Posterior del Hombro
- EmergenciasUNO

- 9 jul
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MANUAL DE EMERGENCIAS MENORES
La luxación posterior del hombro es un tipo menos común de luxación de esta articulación, representando aproximadamente el 2-4% de todos los casos. Ocurre cuando la cabeza del húmero se desplaza hacia atrás, saliendo de la cavidad glenoidea de la escápula.
Este tipo de luxación suele asociarse con traumatismos indirectos, como caídas sobre un brazo extendido en rotación interna o convulsiones eléctricas, que generan una fuerza que empuja la cabeza humeral hacia atrás. Debido a su presentación menos evidente, estas luxaciones a menudo se diagnostican tarde o se pasan por alto.
Diagnóstico
El diagnóstico clínico puede ser difícil porque la deformidad no es tan evidente como en las luxaciones anteriores. Los pacientes se presentan con dolor e importante limitación del movimiento del hombro, manteniendo el brazo en aducción y rotación interna. En el examen físico, hay una marcada rigidez a la rotación externa.
Las radiografías anteroposterior y axial son esenciales para el diagnóstico, aunque también es útil la vista en “Y” de la escápula. En las radiografías puede observarse el “signo del bombillo”, donde la cabeza humeral aparece redondeada y simétrica debido a la rotación interna.
Diagnóstico Diferencial
Patología | Características |
Luxación anterior del hombro | Deformidad visible, brazo en abducción y rotación externa |
Fractura del cuello humeral | Deformidad del hombro sin luxación articular |
Desgarro del manguito rotador | Dolor y debilidad en el hombro sin luxación visible |
Luxación acromioclavicular | Deformidad en la parte superior del hombro, sin desplazamiento humeral |
Contusión del hombro | Dolor leve y limitación sin deformidad o luxación significativa |
Manejo de Emergencia
El manejo de emergencia incluye la reducción cerrada de la luxación, que suele realizarse bajo sedación o anestesia. La reducción puede lograrse con tracción y maniobras de rotación externa, aunque es más difícil que en las luxaciones anteriores.
Es fundamental realizar una evaluación neurovascular exhaustiva antes y después de la reducción para descartar daño al plexo braquial o a los vasos sanguíneos. Una vez reducida la luxación, se confirma la posición con radiografías y se inmoviliza el hombro con cabestrillo o férula durante 3 a 6 semanas.
Tratamiento Definitivo
El tratamiento definitivo depende de la estabilidad del hombro tras la reducción y de la presencia de lesiones asociadas. En luxaciones no complicadas, el manejo conservador consiste en inmovilización seguida de fisioterapia para recuperar la movilidad y la fuerza muscular.
En casos de luxaciones crónicas o recurrentes, o si hay lesiones asociadas como fracturas de la cabeza humeral o del labrum glenoideo (lesión de Bankart inversa), puede ser necesaria una cirugía. Esta puede incluir estabilización artroscópica o reparación capsulolabral para prevenir la inestabilidad futura.

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