top of page

Luxación de Rodilla

MANUAL DE EMERGENCIAS MENORES



La luxación de rodilla es una lesión grave en la que los huesos de la articulación (fémur y tibia) se desplazan completamente fuera de su alineación normal. Se considera una emergencia ortopédica debido al alto riesgo de lesión vascular, especialmente de la arteria poplítea, y de daño nervioso.


Generalmente ocurre por traumatismos de alta energía, como accidentes automovilísticos o caídas desde alturas, aunque también puede presentarse por traumatismos de baja energía en personas con ligamentos débiles o laxos.


Diagnóstico


Un paciente con luxación de rodilla se presenta con dolor intenso, deformidad evidente de la articulación, hinchazón significativa e incapacidad para mover o apoyar la pierna afectada. Dada la gravedad de la lesión, es imprescindible evaluar inmediatamente los pulsos distales y la perfusión del miembro para descartar daño vascular.


Las radiografías confirman la luxación, mientras que un arteriograma o ecografía Doppler son necesarios para valorar lesiones vasculares. La RM o TC ayudan a evaluar el daño ligamentoso y óseo asociado.


Diagnóstico Diferencial

Condición

Diferenciación Clave

Fractura supracondílea del fémur

Deformidad con fractura visible en radiografía, pero sin pérdida total de alineación articular.

Luxación de rótula

Desplazamiento lateral de la rótula sin pérdida de congruencia entre fémur y tibia.

Lesión de ligamento cruzado

Inestabilidad sin desplazamiento completo de los huesos de la rodilla.

Fractura de meseta tibial

Fractura en tibia proximal sin desplazamiento entre fémur y tibia.

Lesión meniscal

Dolor y bloqueo articular sin deformidad ni luxación visible en imagen.

Manejo de Emergencia


La luxación de rodilla requiere tratamiento urgente:


  • Reducción Cerrada Inmediata: Debe realizarse lo antes posible, idealmente bajo sedación o anestesia. Se aplica tracción y realineación para restaurar la congruencia articular. La reducción temprana minimiza el riesgo de daño permanente a vasos y nervios.


  • Evaluación Vascular: Debido al alto riesgo de lesión de la arteria poplítea, se deben palpar los pulsos distales (tibial posterior y pedia dorsal). Si están ausentes o hay signos de isquemia, se realiza un arteriograma o Doppler. Si se confirma daño vascular, puede requerirse cirugía vascular urgente.


  • Inmovilización: Tras la reducción, se inmoviliza temporalmente la rodilla con una férula o yeso largo hasta evaluar por completo estructuras ligamentarias y vasculares.


  • Analgésicos: Se administran AINEs u opioides para el control del dolor agudo.


Tratamiento Definitivo


El tratamiento definitivo depende del daño en ligamentos, cartílago, vasos y nervios. En la mayoría de los casos se requiere cirugía:


  • Reparación o Reconstrucción de Ligamentos: La luxación suele acompañarse de desgarros graves de los ligamentos cruzados (anterior y posterior) y colaterales (medial y lateral). La reparación o reconstrucción quirúrgica suele realizarse en una o varias etapas.


  • Reparación Vascular: Si hay lesión de la arteria poplítea, se requiere reparación urgente para restablecer el flujo sanguíneo y prevenir necrosis o amputación.


  • Manejo de Fracturas Asociadas: Si hay fracturas concomitantes, se realiza reducción abierta y fijación interna (RAFI) con placas o tornillos, según el tipo de fractura.


Rehabilitación


La rehabilitación es un proceso prolongado y esencial para la recuperación funcional de la rodilla:


  • Inmovilización Inicial: Luego de la reducción y cirugías necesarias, se mantiene la inmovilización varias semanas para permitir la cicatrización inicial.


  • Fisioterapia Progresiva: Se inician ejercicios pasivos de movilidad para prevenir rigidez, seguidos de fortalecimiento muscular y ejercicios de estabilidad.


  • Rehabilitación Funcional: Con el tiempo, la fisioterapia se enfoca en recuperar la estabilidad, fuerza y función de la rodilla, lo cual puede tardar varios meses.

La recuperación total puede tomar entre 6 meses y más de un año, dependiendo de la gravedad de la lesión. Las complicaciones a largo plazo, como artrosis postraumática o inestabilidad crónica, requieren seguimiento continuo.

Complicaciones


Las complicaciones asociadas a la luxación de rodilla incluyen:


  • Lesión Vascular: Daño a la arteria poplítea puede causar isquemia y, si no se trata a tiempo, llevar a amputación.


  • Lesión Nerviosa: El nervio peroneo común puede lesionarse, provocando debilidad o parálisis del pie (pie caído).


  • Artrosis Postraumática: El daño extenso a ligamentos y cartílago puede causar degeneración articular crónica.


  • Rigidez Articular: La inmovilización prolongada o la formación excesiva de tejido cicatricial puede limitar el rango de movimiento.


Seguimiento especializado y rehabilitación activa son claves para lograr una recuperación óptima y prevenir discapacidades permanentes.

 
 
 

Comentarios


bottom of page