Luxaciones del Pie
- EmergenciasUNO

- 11 jul
- 2 Min. de lectura
MANUAL DE EMERGENCIAS MENORES
Las luxaciones del pie son lesiones graves que implican la separación de las superficies articulares en diversas articulaciones del pie, como las tarsales, metatarsales y falángicas. Estas lesiones suelen producirse por traumatismos de alta energía, como caídas desde altura o accidentes de tráfico. Los tipos más comunes incluyen la luxación de Lisfranc (articulación tarsometatarsiana) y la luxación subastragalina.
Diagnóstico
El diagnóstico se basa en el mecanismo de la lesión y la presentación clínica, que típicamente incluye deformidad visible, dolor intenso, hinchazón y dificultad para mover el pie o soportar peso. Se requieren radiografías en varias proyecciones (anteroposterior, lateral y oblicua). En algunos casos, una tomografía computarizada (TC) es útil para evaluar la gravedad de la lesión y planificar el tratamiento.
Diagnóstico Diferencial
Condición | Diferencia Clave |
Fractura del pie | Dolor similar pero asociado con interrupción ósea en lugar de desplazamiento articular. |
Esguince de tobillo | Dolor e hinchazón alrededor del tobillo sin luxación articular. |
Luxación de tobillo | Desplazamiento de las superficies articulares del tobillo en lugar del pie. |
Contusión severa del pie | Dolor e hinchazón sin luxación visible en las imágenes. |
Manejo de Emergencia
En el ámbito de urgencias, el manejo inmediato incluye la reducción cerrada de la luxación bajo sedación o anestesia local, siempre que no existan contraindicaciones. El pie debe inmovilizarse con una férula posterior o yeso corto hasta que el paciente sea evaluado por un especialista en ortopedia. Se deben realizar radiografías posteriores a la reducción para confirmar la correcta alineación. El control del dolor con AINEs o analgésicos más potentes es fundamental.
Tratamiento definitivo
El tratamiento definitivo depende del tipo y la complejidad de la luxación. En muchos casos, basta con una reducción cerrada seguida de inmovilización durante 6-8 semanas. Sin embargo, si la reducción es inestable o existe daño ligamentoso u óseo asociado, puede ser necesaria una cirugía para la fijación interna con tornillos o placas.
La rehabilitación postoperatoria es esencial para recuperar la movilidad y prevenir complicaciones a largo plazo, como la artritis.

Comentarios