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Luxaciones del hombro

Actualizado: 16 sept

MANUAL MINORS



La luxación del hombro ocurre cuando la cabeza del húmero se sale de la cavidad glenoidea de la escápula, lo que provoca dolor agudo y pérdida de la movilidad. Es la luxación más común de las grandes articulaciones, representando el 50% de todas las luxaciones articulares.


El hombro es una articulación muy móvil pero también inestable, lo que predispone a este tipo de lesiones, especialmente en actividades deportivas o accidentes. La luxación puede ser anterior (la más común), posterior o inferior, dependiendo de la dirección del desplazamiento.


Diagnóstico


El diagnóstico se basa en el antecedente de un trauma o movimiento brusco, con síntomas de dolor intenso, deformidad visible (el hombro parece “hundido” en luxaciones anteriores), y la incapacidad para mover el brazo.


La evaluación clínica revela pérdida del contorno redondeado del hombro. Las radiografías anteroposterior y axial confirman la luxación y ayudan a identificar su dirección y posibles fracturas asociadas, como la fractura de Bankart o la lesión de Hill-Sachs, que son frecuentes en luxaciones anteriores.


Diagnóstico diferencial

Patología

Características

Fractura de la cabeza del húmero

Dolor y deformidad similar, pero sin pérdida de contacto articular

Rotura del manguito rotador

Dolor y debilidad en el hombro sin deformidad visible

Luxación acromioclavicular

Deformidad en la parte superior del hombro, sin desplazamiento de la cabeza humeral

Tendinitis bicipital

Dolor anterior del hombro sin deformidad ni pérdida de movilidad completa

Contusión de hombro

Dolor tras un trauma, pero con movilidad preservada y sin desplazamiento óseo

Manejo en Emergencias


El manejo inicial en emergencias consiste en la reducción inmediata de la luxación para restaurar la alineación anatómica y aliviar el dolor. La reducción puede hacerse mediante técnicas manuales, como la técnica de Kocher o Hippocrates, bajo sedación o anestesia local.


Antes y después de la reducción, es crucial evaluar el estado neurovascular (especialmente el nervio axilar). Después de la reducción exitosa, se confirma con radiografías y se inmoviliza el hombro con un cabestrillo o férula por 2 a 4 semanas para permitir la cicatrización de los tejidos blandos.


Tratamiento Definitivo


El tratamiento definitivo depende de la estabilidad del hombro después de la reducción y la presencia de lesiones asociadas. En pacientes jóvenes con episodios recurrentes de luxación, o en casos con lesiones importantes (como la fractura de Bankart o lesión de Hill-Sachs), puede ser necesaria la cirugía para estabilizar la articulación mediante reparación del labrum glenoideo o de la cápsula articular.


En pacientes mayores o sin recurrencia, el tratamiento conservador con inmovilización seguida de fisioterapia es efectivo para restaurar la fuerza y el rango de movimiento. La rehabilitación es esencial para evitar la inestabilidad crónica o luxaciones recurrentes.

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