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Luxaciones de los Dedos del Pie

MANUAL DE EMERGENCIAS MENORES



Las luxaciones de los dedos del pie ocurren cuando los huesos de los dedos son forzados fuera de su alineación normal en la articulación, típicamente debido a un traumatismo directo o a una torsión. Las articulaciones más comúnmente afectadas son las metatarsofalángicas (en la base del dedo) o las interfalángicas (entre los huesos del dedo).


Estas luxaciones pueden ser dolorosas, causar deformidad visible y limitar la capacidad para caminar.


Diagnóstico


El diagnóstico se basa en antecedentes de trauma o movimiento brusco, seguido de dolor agudo, hinchazón y deformidad en el dedo afectado. El dedo puede parecer fuera de su posición normal. La movilidad está limitada, y el paciente suele experimentar dolor intenso al intentar mover o tocar el dedo.


Las radiografías confirman el diagnóstico, mostrando el desplazamiento de las superficies articulares y descartando fracturas asociadas.


Diagnóstico Diferencial

Condición

Diferencia Clave

Fractura de dedo

Dolor similar, pero con rotura ósea en lugar de desplazamiento articular.

Esguince de dedo

Lesión ligamentaria con dolor e hinchazón, pero sin desplazamiento visible.

Contusión de dedo

Dolor e hinchazón tras un golpe, pero sin luxación ni desplazamiento.

Artritis traumática

Dolor y rigidez crónicos en la articulación, sin un episodio agudo de luxación.

Manejo de Emergencia


El manejo de emergencia incluye la reducción cerrada de la luxación, que consiste en manipular el dedo para devolver los huesos a su posición anatómica, bajo anestesia local o sedación.


Después de la reducción, el dedo se inmoviliza con “vendaje en amigo” (sujetándolo al dedo adyacente) o con una férula temporal, según la gravedad de la lesión. Se administran analgésicos y medicamentos antiinflamatorios no esteroides (AINEs) para controlar el dolor y la inflamación.


Tratamiento Definitivo


Tras la reducción, el tratamiento definitivo consiste en mantener el dedo inmovilizado durante 2 a 3 semanas para permitir la cicatrización de los tejidos blandos. Se recomienda reposo y evitar actividades que ejerzan presión sobre el pie.


En casos de luxaciones recurrentes o inestables, puede ser necesaria una intervención quirúrgica para reparar los ligamentos dañados o estabilizar la articulación. La rehabilitación posterior a la reducción incluye ejercicios de movilidad y fortalecimiento para restaurar la función completa del dedo del pie.

 
 
 

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