MANUAL MINORS
La luxación de cadera es una urgencia médica que ocurre cuando la cabeza femoral se desplaza fuera del acetábulo, usualmente debido a un traumatismo de alta energía, como en accidentes automovilísticos o caídas desde alturas. Este tipo de lesión es grave, ya que puede comprometer el suministro de sangre a la cabeza femoral y causar daño neurovascular o lesiones asociadas, como fracturas.
Diagnóstico
El diagnóstico se basa en la historia clínica de un traumatismo importante con dolor severo, incapacidad para mover la extremidad afectada y deformidad visible de la cadera. El examen físico puede revelar acortamiento de la pierna afectada y rotación interna (en las luxaciones posteriores) o rotación externa (en las luxaciones anteriores).
La radiografía de pelvis confirma el diagnóstico, mostrando el desplazamiento de la cabeza femoral fuera del acetábulo. En ocasiones, puede ser necesario realizar una tomografía computarizada para evaluar fracturas asociadas.
Diagnóstico Diferencial
Condición | Diferenciación clave |
---|---|
Fractura de cuello femoral | Dolor en la cadera, pero sin desplazamiento de la cabeza femoral fuera del acetábulo |
Fractura intertrocantérica | Se observa en radiografía, sin pérdida de congruencia articular |
Necrosis avascular de la cabeza femoral | Presentación crónica y no relacionada con un trauma agudo |
Desgarro del labrum acetabular | Dolor en movimiento pero sin deformidad ni inestabilidad evidente |
Contusión de cadera | Dolor sin desplazamiento visible de la cabeza femoral en las radiografías |
Manejo en Emergencias
El manejo inicial de una luxación de cadera es la reducción cerrada urgente, que debe realizarse bajo sedación o anestesia general para evitar daño permanente al cartílago articular y la cabeza femoral. El objetivo es restaurar la congruencia articular lo más rápido posible para reducir el riesgo de necrosis avascular.
Mientras se espera la reducción, se inmoviliza la extremidad y se administra analgesia. Si la reducción cerrada no es exitosa o hay fracturas asociadas, se considera la reducción quirúrgica.
Tratamiento Definitivo
Después de la reducción, el tratamiento definitivo varía según la estabilidad de la articulación y la presencia de lesiones asociadas. En casos sin complicaciones, se recomienda reposo con restricción de peso sobre la extremidad, seguido de fisioterapia para restaurar la función articular.
Si hay fracturas, lesiones del cartílago o inestabilidad, puede ser necesaria una intervención quirúrgica adicional, como la fijación interna o incluso artroplastia en casos graves. El seguimiento a largo plazo es crucial para detectar complicaciones como la necrosis avascular o la artritis postraumática.
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