MANUAL MINORS
La luxación posterior del hombro es un tipo menos común de luxación de esta articulación, representando alrededor del 2-4% de todos los casos de luxación del hombro. Ocurre cuando la cabeza del húmero se desplaza hacia atrás, fuera de la cavidad glenoidea de la escápula.
Esta luxación suele asociarse con traumatismos indirectos, como una caída sobre el brazo extendido en rotación interna o convulsiones eléctricas, situaciones que generan una fuerza que empuja la cabeza humeral hacia atrás. Debido a su presentación menos evidente, la luxación posterior a menudo es diagnosticada tardíamente o pasada por alto.
Diagnóstico
El diagnóstico clínico puede ser difícil ya que la deformidad es menos evidente que en las luxaciones anteriores. Los pacientes presentan dolor y limitación severa de la movilidad del hombro, con el brazo en aducción y rotación interna. En el examen físico, se observa rigidez en la rotación externa.
Las radiografías anteroposterior y axilar son esenciales para el diagnóstico, pero también es útil la proyección en “Y” de la escápula. Las radiografías pueden mostrar el “signo de la bombilla”, donde la cabeza humeral aparece redondeada y simétrica por estar rotada internamente.
Diagnóstico diferencial
Patología | Características |
---|---|
Luxación anterior del hombro | Deformidad evidente, con el brazo en abducción y rotación externa |
Fractura del cuello humeral | Deformidad en el hombro sin pérdida de la relación articular |
Rotura del manguito rotador | Dolor y debilidad en el hombro, pero sin luxación evidente |
Luxación acromioclavicular | Deformidad en la parte superior del hombro sin desplazamiento humeral |
Contusión de hombro | Dolor y limitación leve sin luxación ni deformidad significativa |
Manejo en Emergencias
El manejo en urgencias incluye la reducción cerrada de la luxación, generalmente bajo sedación o anestesia. La reducción puede realizarse con técnicas de tracción y rotación externa, aunque es más difícil que en las luxaciones anteriores.
Es fundamental realizar una evaluación neurovascular antes y después de la reducción para verificar posibles daños al plexo braquial o a los vasos sanguíneos. Después de la reducción, se confirma la posición mediante radiografías y se inmoviliza el hombro con un cabestrillo o férula por 3 a 6 semanas.
Tratamiento Definitivo
El tratamiento definitivo depende de la estabilidad del hombro tras la reducción y de la presencia de lesiones asociadas. En luxaciones no complicadas, el tratamiento conservador incluye inmovilización seguida de fisioterapia para restaurar la movilidad y la fuerza muscular.
En casos de luxaciones crónicas o recurrentes, o si hay lesiones asociadas como fracturas de la cabeza humeral o del labrum glenoideo (lesión de Bankart inversa), puede ser necesaria la cirugía, como la estabilización artroscópica o la reparación capsulolabral para evitar la inestabilidad futura.
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