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Luxación de la Rodilla

Foto del escritor: EmergenciasUNOEmergenciasUNO

Actualizado: 17 sept 2024

MANUAL MINORS



La luxación de la rodilla es una lesión grave en la cual los huesos de la articulación de la rodilla (fémur, tibia) se desplazan completamente fuera de su alineación normal. Es una emergencia ortopédica debido al riesgo de lesiones vasculares, en particular a la arteria poplítea, y nerviosas.


Este tipo de luxación generalmente ocurre debido a traumatismos de alta energía, como accidentes de tráfico o caídas desde alturas, pero también puede suceder con traumatismos de baja energía en personas con ligamentos débiles o laxitud ligamentaria.


Diagnóstico


El paciente con luxación de rodilla presenta dolor intenso, deformidad visible de la articulación, hinchazón significativa, y la incapacidad de mover o soportar peso sobre la pierna afectada. Debido a la gravedad de esta lesión, se deben evaluar inmediatamente los pulsos distales y la perfusión de la extremidad para descartar daño vascular.


Las radiografías confirman la luxación, mientras que una arteriografía o ultrasonido Doppler son necesarios para evaluar posibles lesiones vasculares. La resonancia magnética (RM) o la tomografía computarizada (TC) son útiles para evaluar el daño a los ligamentos y las estructuras óseas.


Diagnóstico Diferencial

Condición

Diferenciación clave

Fractura supracondílea del fémur

Deformidad de la rodilla con fractura visible en radiografías, sin pérdida completa de alineación articular

Luxación de rótula

Desplazamiento lateral de la rótula sin pérdida de congruencia entre el fémur y la tibia

Lesión de ligamentos cruzados

Inestabilidad, pero sin desplazamiento completo de los huesos de la rodilla

Fractura de meseta tibial

Fractura de la tibia proximal, sin desplazamiento de la tibia respecto al fémur

Lesión meniscal

Dolor con bloqueo articular, pero sin deformidad ni luxación visible en imágenes

Manejo en Emergencias


El manejo de la luxación de rodilla es urgente y consiste en:


  • Reducción cerrada inmediata: Debe realizarse tan pronto como sea posible, idealmente bajo sedación o anestesia. Se aplica tracción y realineación para restaurar la congruencia de la articulación. La reducción temprana minimiza el riesgo de daño permanente en los vasos y nervios.


  • Evaluación vascular: Dada la alta incidencia de lesiones de la arteria poplítea, se deben evaluar los pulsos distales (arteria tibial posterior y arteria dorsal del pie). En caso de ausencia de pulso o signos de isquemia, se requiere una arteriografía o ultrasonido Doppler para valorar lesiones vasculares. Si hay daño vascular, puede ser necesaria una cirugía vascular de emergencia.


  • Inmovilización: Después de la reducción, la rodilla debe inmovilizarse temporalmente con una férula o yeso largo hasta que se complete la evaluación de las estructuras ligamentarias y vasculares.


  • Analgesia: Se administran AINEs o opioides para el control del dolor agudo.


Tratamiento Definitivo


El tratamiento definitivo depende del grado de lesión en los ligamentos, cartílago, vasos y nervios. En la mayoría de los casos, es necesaria una intervención quirúrgica:


  • Reparación o reconstrucción de ligamentos: Las luxaciones de rodilla suelen estar asociadas con desgarros severos de los ligamentos cruzados (anterior y posterior) y colaterales (medial y lateral). Generalmente, se requiere una cirugía para reparar o reconstruir estos ligamentos, lo que puede realizarse en una o varias etapas.


  • Reparación vascular: Si se detecta daño en la arteria poplítea, es necesario realizar una reparación vascular urgente para restaurar el flujo sanguíneo a la pierna y evitar la necrosis tisular o la amputación.


  • Manejo de fracturas: En caso de fracturas asociadas, se debe realizar una reducción abierta y fijación interna (RAFI) con placas o tornillos, dependiendo del tipo de fractura.


Rehabilitación


La rehabilitación es un proceso largo y fundamental para la recuperación funcional de la rodilla. Incluye:


  1. Inmovilización temprana: Después de la reducción y las cirugías necesarias, la rodilla puede inmovilizarse por algunas semanas para permitir la cicatrización inicial de los tejidos.


  2. Fisioterapia progresiva: A medida que los tejidos cicatrizan, se comienza con ejercicios de rango de movimiento pasivo para evitar la rigidez articular. Gradualmente, se añaden ejercicios de fortalecimiento muscular y de estabilidad.


  3. Rehabilitación funcional: Con el tiempo, la fisioterapia se enfoca en mejorar la estabilidad, la fuerza y la función de la rodilla, lo que puede tomar varios meses.


Dependiendo de la severidad de la luxación, la recuperación completa puede tardar de 6 meses a más de un año. En algunos casos, puede haber complicaciones a largo plazo, como la artrosis postraumática o inestabilidad residual de la rodilla, que requerirán seguimiento continuo.


Complicaciones


Las complicaciones asociadas con la luxación de rodilla incluyen:


  • Lesión vascular: El daño a la arteria poplítea puede resultar en isquemia, lo que puede llevar a la necesidad de amputación si no se trata de manera rápida.


  • Lesión nerviosa: El nervio peroneo común, que pasa cerca de la rodilla, puede dañarse, resultando en debilidad o parálisis del pie (“pie caído”).


  • Artrosis postraumática: La lesión extensa a los ligamentos y cartílago puede llevar a degeneración articular con el tiempo, causando dolor crónico y rigidez.


  • Rigidez articular: La inmovilización prolongada o cicatrización excesiva puede limitar el rango de movimiento de la rodilla.



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