Lesión Cerebral - Sexualidad
- EmergenciasUNO

- 3 sept
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INFORMACIÓN PARA PADRES - SALUD PEDIÁTRICA
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La sexualidad es una parte natural y saludable del desarrollo humano. En los niños, la sexualidad refleja su personalidad e incluye pensamientos, emociones, valores, desarrollo físico, comportamientos e impulsos. Es un concepto mucho más amplio que las relaciones sexuales o la conducta sexual.
A medida que el niño crece y se acerca a la adolescencia, su desarrollo sexual se ve influido por cambios físicos y hormonales, imagen corporal, relaciones interpersonales, características sexuales y orientación sexual.
Aunque la sexualidad influye desde el nacimiento hasta la adultez, es durante la transición a la adolescencia cuando el impacto de una lesión cerebral puede generar preocupaciones importantes tanto en el niño como en su familia, entorno escolar y comunidad.
Sexualidad en jóvenes con lesión cerebral
Es común que padres y docentes se pregunten si una lesión cerebral afectará el desarrollo sexual del niño. En algunos casos, la lesión no tendrá ningún impacto o solo tendrá efectos mínimos: no habrá cambios físicos importantes ni interferencias significativas en el aprendizaje sobre sexualidad, ni en la capacidad para hacer amigos o establecer relaciones.
Sin embargo, en otros casos, los cambios físicos, cognitivos, emocionales, psicológicos o conductuales derivados de la lesión pueden influir de manera directa o indirecta en su desarrollo sexual o en su comportamiento relacionado con la sexualidad.
Consideraciones físicas
Tras una lesión cerebral, algunos niños con discapacidades físicas moderadas o graves pueden enfrentar dificultades específicas que afecten su sexualidad o su capacidad de tener actividad sexual.Por ejemplo:
Problemas físicos severos pueden limitar la capacidad de disfrutar actividades sexuales o de manejar adecuadamente la menstruación.
Las limitaciones físicas también pueden tener un impacto social, dificultando la aceptación por parte de los demás y afectando la posibilidad de establecer relaciones maduras.
Esto puede provocar una imagen corporal negativa y problemas de autoestima.
En casos más graves, puede haber un inicio precoz de la pubertad (antes de los 9 o 10 años), con un aumento del interés sexual y cambios físicos acelerados, lo que puede generar dificultades en el manejo de estos cambios por parte del niño, su familia, sus compañeros y la escuela.
¿Cómo ayudar?
Solicitar una evaluación médica y asesoramiento especializado, especialmente en temas físicos, sociales y sexuales.
En casos de pubertad precoz, buscar apoyo de especialistas como el pediatra, trabajador social y terapeuta ocupacional.
Abordar temas como educación sexual, adaptación a los cambios y manejo de la menstruación de forma integral.
Aspectos conductuales
Después de una lesión cerebral, algunos jóvenes pueden presentar comportamientos desinhibidos o sexualmente inapropiados. Esto puede manifestarse en forma de comentarios con insinuaciones sexuales o tocamientos fuera de lugar, lo que puede derivar en burlas, rechazo o sanciones en la escuela.
La combinación de desinhibición, baja conciencia social y habilidades sociales limitadas puede hacer que el niño sea más vulnerable a situaciones de abuso o explotación.
¿Cómo ayudar?
Asegurarse de que el niño reciba educación sexual clara, incluyendo comportamientos de protección.
Solicitar la intervención del equipo de rehabilitación para abordar el problema.
Hablar abiertamente con el joven, su familia y la escuela sobre el contexto del comportamiento, cómo ocurre, dónde y con qué consecuencias.
Establecer un acuerdo común entre familia y escuela sobre cómo abordar la conducta, garantizando coherencia entre ambos entornos.
Explicar de forma clara qué comportamientos no son apropiados y por qué, e indicar las consecuencias en caso de que se repitan.
Consideraciones psicológicas
El desarrollo de relaciones sociales y afectivas puede verse limitado por alteraciones físicas y psicológicas. Algunos jóvenes se sienten menos atractivos o menos capaces socialmente que sus compañeros, lo que puede afectar su autoestima y su habilidad para establecer relaciones afectivas o sexuales.
Además, problemas de memoria, planificación, organización y habilidades intelectuales pueden interferir con el aprendizaje sobre sexualidad y el desarrollo de comportamientos adecuados.
¿Cómo ayudar?
Fomentar la autoestima del joven en diferentes entornos: en casa, en la escuela y en actividades sociales.
Poner el foco en sus fortalezas y capacidades.
Evaluar si es posible adaptar la educación sexual a las necesidades específicas del niño, teniendo en cuenta sus dificultades cognitivas.
Participar en programas escolares o terapéuticos centrados en habilidades sociales como:
¿Cómo conocer a otras personas?
¿Cómo hacer amigos?
Manejo de la ira
Conductas de protección
Contactar al equipo de rehabilitación ante cualquier inquietud relacionada con la sexualidad.
Puntos clave a recordar
La sexualidad forma parte del desarrollo integral del niño y puede verse afectada por una lesión cerebral.
Los cambios físicos, emocionales, cognitivos y conductuales pueden influir en la manera en que un joven vive y expresa su sexualidad.
Algunos niños necesitarán educación sexual adaptada y apoyo para entender lo que es apropiado y seguro.
Es importante hablar abiertamente con el joven, la familia, el colegio y el equipo médico para manejar estos temas con sensibilidad y claridad.

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